CANCIONES TÍPICAS SANFERMINERAS

04.07.2015 07:44

 

          

            Más de un leal lector de este blog, al leer el título de este artículo estará pensando en los himnos de las peñas, el Vals de Astráin, etc. Pues no, lamento decepcionarles, pero cuando el que escribe estas líneas os habla de “canciones típicas sanfermineras”, uno se refiere a esas canciones que en su día –o año, o verano– culminaron la lista de los 40 o bien rompieron las listas de ventas –o la paciencia de más de uno al escucharlas por la radio siete veces al día–. Efectivamente, estoy hablando de aquéllas que para el pamplonica de a pie, no quedaron como un mero recuerdo de aquel año/verano, sino que ya son temazos sanfermineros, de los que ya puedes oír un extracto de cualquiera de éstos en pleno Enero, que la carne de gallina está asegurada…

 

            Y así, existen canciones que en todo el Mundo fueron efímeras pero que en Pamplona alcanzaron la gloria eterna… o por lo menos su estribillo, que al fin y al cabo, es lo único que la gente sabe cantar a pleno pulmón:

 

            *Cómo no comenzar con uno de los mitos de los ´80, que pese a haber pasado casi treinta años, nada evita que a escasas horas del Txupinazo todos gritemos año tras otro “¡¡vaya, vaya… aquí no hay playa!!”. Haciendo que la histórica animadversión hacia la capital, raye en el absurdo dado que parece como si nadie se estuviera dando cuenta de que aquí, en Pamplona, tampoco la hay. Pero da igual, porque tenemos Zarauz a una hora si nos apetece, y total, ¿para qué la quieres tener más cerca, si aquí siempre hace malo?

 

            *Los que éramos niños a principios de los ´90, disfrutamos de manera especial cuando, con el pañuelico recién anudado y saboreando los primeros cubatas de los Sanfermines, nos pinchan aquel hit –como dicen los poperos– de la gran Xuxa: “es la hora, es la hora… ¡¡¡es la hora de jugar!!!”. Momento cumbre del post-txupinazo, en el que medio bar se pone a bailar la conga y alguno hace su primer acercamiento al área rival, cogiendo por los hombros a la chica que acaba de conocer –cuidado que vienen curvas… no está mal para ser la ciudad del Opus Dei–. Y quien no hace la conga porque aún no está preparado para colgar balones al área, se dedica a cantar la versión que aprendimos en aquella lejana infancia: “¡¡¡es la hora, es la hora… de matar a Hussein, de cortarle las pelotas y jugar al futbolín… ILARI-LARI-LARILÉ…OH, OH, OH!!!”.

 

            *Ahora que nuestro nuevo alcalde ha optado por ceder el lanzamiento del txupinazo a celebridades históricas de Pamplona, tal vez debería acordarse algún año del gran grupo musical Seguridad Social…. ¿alguien osa a imaginar un 6 de Julio sin su Chiquilla o su Comerranas? O mejor dicho, sin su “y yo la mirooooooo….y ella no…me dice naaaadaaa” o su “piropop, piropop, piropop, piropop, piropopoipoipoy”.

 

            *Y cuando parece que la fiesta decae, entonces aparece como una exhalación, como un vendaval capaz de arrasarlo todo, esa canción de la que todos podemos presumir de conocer su letra de cabo a rabo… principalmente porque toda la canción consiste en repetir el estribillo una y otra vez, y el estribillo es básicamente el título de la canción. Sí, es la que está pensando, querido lector, “Al ritmoooo, al ritmo de la nocheeeeeee”.

 

            *Y entre melodía y melodía, entre pote y pote, el mozo navarro envalentonado que antes bailaba la conga al son de Xuxa, decide dar un paso más y bailar agarradicos –si Escrivá levantara la cabeza…–, y ahí aparece el Patrón, echándole el capotico a su fiel pamplonica, haciendo que suene a todo trapo “desde que meeee dejaste, la ventanita del amor se me cerróóóó”. Y ahí lo tenemos, a nuestro vigoroso paisano cortejando a la siempre difícil mujer navarra, parafraseando el estribillo mientras la coge por la cintura con una mano y con la otra coge la de la chica, como si no hubiera un mañana… y como si ella no estuviera mirando a sus amigas implorando ayuda, auxilio, libradme de este baboso, que le huele el aliento a croqueta y ginebra al mismo tiempo…

 

            *Y entonces es cuando cambian las tornas, y quienes echan el capotico son Thelma y Louise, desde allá donde se encuentren, a la chica de la mirada imploradora, y se encargan de que en ese preciso instante el bar entero se venga arriba al grito reivindicativo de “¡¡Lega-legalización, cannabis, de calidá y barato!!”. Así es como se produce una orgía de saltos, empujones y demás, que hacen que nuestra entrañable pareja foral se separe y que nuestra navarrica –Amaia, por ejemplo­– en una especie de suspiro en plan “Ésta es la mía” huya con sus amigas y se ponga en medio de todas, por si acaso a Javier –así, por decir un nombre– le da por contraatacar.

 

            *Pero no, Javier ya ha quemado todos sus cartuchos con la canción de La Ventanita y accede a retomar el pimple enfilando la siempre fiable senda hacia la barra. Y aquí, todo se le vuelve a poner a su favor, porque es cuando sonará un año más las infumables canciones de las Flores con su “Sarandonga” y su “¡¡Marcha, marcha!!”. Momento ideal para ir a la barra, al baño, afuera del bar a tomar el aire o para comentarle a Amaia que tu amigo es un poco brasas, pero que es muy buen chaval, y tal….

 

            *Tan buen chaval, tan buen chaval, que seguro que a Javier no le importa que su amigo Mikel –menudo baño de foralidad… ni las cadenas son más navarras que este artículo– empiece a cortejar a Amaia, al son de “Me gustas mucho”, mientras todo el bar agudiza la voz para hacer los coros con un “¡¡Uuuh, uuuh, uuuuuuh!!”... “me gustas mucho, tú…uuuh, uuuuh, uuuuuh”…

 

            *Todo un expertillo en la materia, Mikel, que no sabe que ese halo de magia y encanto con el que tiene embriagado a Amaia se romperá de cuajo cuando el Drogas aparezca y nuestra navarra vuelva con sus amigas para gritar “¡¡Estás asustado!!, ¡¡tu vida va en ello!!, ¡¡pero alguien debe tirar del gatillo!!” Lo siento, Mikel, nada se resiste al mito de Barricada…

 

            *Ni Javier ni Mikel conquistan a nuestra Blanca de Navarra particular, y encima ahora no se quieren ni mirar… pero para eso existieron Kojón Prieto y los Huajalotes, para ensalzar y fortalecer la amistad varonil, así como su reconciliación con un simple “Venga, joder, no nos vamos a enfadar por una tía que ni siquiera conocemos, ¿no?”. Ninguno de los dos se cree esa pamplina de frase, y Javier jamás se lo perdonará a Mikel pero es que, no se puede estar a malas con un amigo cuando el deber te llama a cantar con él, y con toda tu alma “¡¡Insumisióóóón, insumisióóoóón, la juerga me gusta mogollóóóóón!!”.

 

            Con mis mejores deseos de que los miles de lectores de este blog puedan seguir emocionándose cada vez que oyen estas canciones vestidos de blanco…
 
¡¡¡FELICES FIESTAS!!!
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!! / GORA SAN FERMÍN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!

 

                       

               Charly Azanza