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SANFERMINES A LOS 40

05.07.2023 21:00
 
            “La vida son dos días”, “El tiempo pasa volando”, “Parece que fue ayer”, y otras célebres citas, nos recuerdan a menudo la fugacidad del tiempo. Los pamplonicas de bien, al finalizar cada año –o sea, el 5 de Julio– y hacer balance del mismo, sentimos abrumados esa fugacidad al comprobar la veracidad de dichas citas.
 
            Después de vivir 40 Sanfermines, echas la vista atrás, y te ves de pronto frente a tu madre, mientras ésta, arrodillada, te coloca la faja ancha y plana sobre el pantalón, con un gran nudo asegurado con un imperdible –qué poco estilo tenemos ahora, pasando la faja por las trabillas–. O corriendo delante de un kiliki, montado en los Caballitos, jugándote el pellejo frente al torico de fuego de la mano de tu padre, o saltando impotente intentando coger el cordel de un globo de helio que se te acaba de escapar en un descuido. Luego estás en los autos de choque, “para los más pequeñitos de la casa”, y viendo los Fuegos en la Vuelta del Castillo, con la chaquetica ya puesta –el cierzo sanferminero no perdona, ni ahora, ni en los 80–, como último evento antes de ir a casa fundido.
 
            Pestañeas. Y ya te has plantado en esa edad difícil, en la que eres demasiado mayor para correr delante de los kilikis y el torico de fuego, pero demasiado joven para salir por ahí con tus amigos, y en la que lo único que te entusiasma es ir a las Barracas –ya no son los Caballitos– y montarte en el Saltamontes, el Revolution o la montaña rusa.
 
           Suena el despertador y ya es día 6. Rodeas tus caderas con la faja, metiéndola por las trabillas del pantalón, le haces dos nudos, anudas el pañuelo en tu muñeca y, tras tragar saliva, dices esas dos frases en las que se basan parte de tus Sanfermines: “¿Me dais la paga?” y “¿Hasta qué hora me dejáis?”. Ese día, y pase lo que pase, verás el Chupinazo en la plaza Consistorial, porque el sufrimiento es pasajero, pero la gloria es eterna. El resto de días, apenas ves la luz del sol, y los Fuegos ya no son el último evento del día, sino el primero de la noche. Empiezas a salir, a beber, a bailar, a conocer y a besarte con chicas. Con los años, vas viendo más la luz del sol al alba que durante todo el resto del día, y lo que empezó siendo kalimotxo, va pasando a cubatas y chupitos.
 
            Ya estás otra vez de blanco. Este año te ha tocado turno de barra en la peña el Sábado a la noche. Como cada año, has cogido abono para los toros y la luz diurna de las tardes ya no es ajena en tus Sanfermines. Algún año, te toca trabajar, pero son sin duda, unos años maravillosos, donde se sale de tarde, se sale de noche, se bebe pero también se come. Vienen tus amigos del pueblo, o los amigos de Barcelona que estudiaron con uno de tu cuadrilla, o esos amigos de varios sitios de Europa que hizo otro en su Erasmus.
 
            Tú ya te has vestido, pero ahora la estás vistiendo a ella, que tiene unos meses y aún no se entera de la fiesta –y nunca mejor dicho–, pero no importa, porque tú ya le has comprado unas alpargatas y un pañuelico con su nombre bordado. Esos años son distintos, pero igualmente bonitos, porque las ves crecer subidas a tus hombros en los Gigantes, o cogiéndote la mano y saltando cuando suena una txaranga, y las ves girar en los Caballitos, porque quieres que disfruten como siempre lo ha hecho su padre, a la vez que vuelves a salir con los tuyos a diario, como cuando tenías la edad de tus retoñas. Y aún así, hay días para todo, y cuando se puede, sigues demostrando a las tardes y noches que tienes cuerda para rato, y que el que tuvo, retuvo.
 
            Ya te has despertado mucho antes que ellas, y con la misma ilusión que en todos los años anteriores, te vas enfundando el atuendo sanferminero. Ellas ya hace años que se ponen la gloriosa indumentaria por sí solas, y en otro abrir y cerrar de ojos, te pedirán la paga y te preguntarán por el toque de queda.
 
           Así que de momento, es casi una obligación saborear cada Sanfermines, de la misma forma en que lo has hecho todos los años anteriores, saliendo, bailando, bebiendo, comiendo, corriendo delante de un kiliki, riendo, llorando, con tus hijas, con tus padres, con amigos, con amigas… Y así seguramente harás los próximos 40 años, porque eso es lo que hace a nuestras fiestas únicas: que uno vuelve a la infancia, suelta por nueve días sus preocupaciones, y vuelve a tener esa capacidad de asombro, espontaneidad y disfrute que vamos perdiendo con los años. Sin duda, los Sanfermines es viajar a Nunca Jamás, donde el tiempo se detiene, donde siempre se es niño, donde simplemente se vive el momento, y donde la vida no se escapa irremediablemente, como aquel globo de helio bajo el que saltaste sin éxito cuando tenías cinco años…
 
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!!
GORA SAN FERMÍN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!

            Charly Azanza 

LOS NECESITAMOS

05.07.2022 22:28
            Son más que una fiesta. Siempre lo han sido. Son algo más que salir a divertirse, a beber, a bailar, a ligar, a comer. Los que somos de aquí y los amamos como si fueran parte de nosotros –porque lo son–, sabemos que nos aportan mucho más que unos días de diversión –para ello, sirven unas vacaciones cualesquiera–.
 
            Y estos dos últimos años, hemos sentido ese vacío que nos deja a los humanos una gran ausencia.
 
            Necesitamos su explosión de alegría desbocada. Esa capacidad de desconexión que nos ofrecen esos nueve días, dando un vuelco a nuestra ciudad para ser un lugar completamente diferente, pareciendo que viajamos a otro lugar.
 
            Necesitamos la transformación que provoca en las gentes de la ciudad, pasando de ser gente fría, preocupada y cerrada, a ser la gente más abierta, cariñosa y hospitalaria del mundo.
 
            Necesitamos los reencuentros, amistosos o familiares, que solo tienen cabida aquí y en estos días. Porque si se dieran en otro lugar o época del año, no serían lo mismo.
 
            Necesitamos los nervios de las semanas previas, donde todo tiene que estar hecho antes de esos días, y en las cuales no se habla de otro tema por las calles de la ciudad. Así como la taquicardia de la noche anterior, en la que nadie duerme bien del todo, como niños en la Noche de Reyes.
 
            Necesitamos los saludos tensos de cuando nos sentamos en la mesa del almuerzo. Todos erguidos, enredando con los cubiertos hasta que te sacan el plato, bebiendo a sorbitos cortos la cerveza o el vino. Concentrados, cual deportistas de élite justo antes de comenzar una gran final. Resoplando. Mirando al reloj.
 
            Necesitamos la liberación de esa tensión tras el Txupinazo, a modo de gritos y saltos de júbilo, abrazos, lágrimas, besos. Cual deportistas de élite, tras ganar esa gran final.
 
            Necesitamos la carne de gallina, los ojos húmedos y el escalofrío, solo por escuchar una canción, ver una imagen, vivir un instante. Son siempre la misma canción, la misma imagen, el mismo instante, pero aún y todo, volvemos a sentirlo de nuevo, año tras año.
 
            Necesitamos que el cuerpo vuelva a moverse solo al son de cualquier txaranga, siendo algo tan instintivo como el batir de las alas de un pájaro cuando quiere volar.
 
            Necesitamos la alegría, más instintiva todavía, de los niños, que no entienden ni saben por qué, pero disfrutan, se alteran, gritan, ríen y saltan, ante todos los estímulos que les ofrece la fiesta.
 
            Necesitamos dejar de pensar, Y VOLVER A SENTIR.
 
            Y necesitaba, –sí, en pasado–, escribir estas líneas para celebrar la llegada de los Sanfermines, otra vez, en lugar de para añorar su ausencia.
 
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!!
GORA SAN FERMÍN!!!
Esta vez, sí:
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!

            Charly Azanza

 

VOLVER A ALFARO, VOLVER A FIESTAS

11.08.2021 22:51

           

            Pamplonica y orgulloso hijo de alfareña como soy, siempre he hablado de mi Pueblo para referirme a Alfaro. La maldita pandemia me tuvo, por vez primera en mi vida, alejado del Paraíso de las cigüeñas un año y medio, hasta que por fin volví a finales del pasado Junio.
            Y es que, cierto es el dicho de que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Pero más cierto todavía es que si se recupera, se saborea el doble que cuando se tenía por primera vez.
            Qué grata experiencia volver a pisar la Muy Noble y Muy Leal tanto tiempo después, y reencontrarse con su gente, su calidez innata, su hospitalidad, que le hacen a uno sentirse como en casa, o más bien recordar que nunca dejó de serlo. Qué sensación el coincidir con viejos conocidos, que mucho antes de que lo digan –¡siempre lo hacen!– notas en su gesto y en su saludo que se alegran de volver a verte. Qué maravilla volver a sentir un abrazo alfareño, acompañado de un ¿Qué pasa pues, ca?, tan añorados como el Espetera, el ¿Qué chorras te importa a ti pues, alcahuete?, el ¡Ayva de ahí!, el Ámonos de aquí, el ¿Qué haces, pues, calabazo? o el ¡Y fuera, ca!, expresiones tan típicamente alfareñas como los pasteles rusos, el Entierro de la Cuba o las galletas del Crucito.
            Ahora, además, se acerca estas fechas, en las que recuerdo que un buen pamplonica-alfareño nunca guardaba la ropa blanca de Sanfermines el 15 de Julio, porque sabía que un mes más tarde llegaban sus segundos Sanfermines del año. Así que el año que viene, espero poder venir a Alfaro, para volver a sus Fiestas, que para mí son tan extrañadas como lo ha sido el pueblo y su gente durante todo este tiempo.

 

            Charly Azanza LADRÓN

 
 

SI NOS DEJAN…

03.07.2021 21:01

        

             Mañana me voy. No me quedaré a esperarte, no me quedaré a verte, porque no quiero verte así. Porque no serás tú quien venga dentro de unos días, y los que te conocen y te aman tanto como yo, lo sabemos. Y como sé que quien viene no serás tú, quiero irme lejos de aquí.
 
            Llevo todo este tiempo añorando tu ausencia y por eso mismo, evitando que me hablaran de alguien que, por más que se empeñen, no llega a ser ni tu sombra.
 
            Ninguno de los dos tiene la culpa de que no pudiéramos encontrarnos el año pasado ni de que tampoco vayamos a poder hacerlo este año. Por eso, espero que mucho más temprano que tarde pueda encontrarme contigo otra vez, con tu verdadero ser, no con un espectro.
 
            Y te aseguro que cuando ese día llegue, no volveré a irme en nuestro día. No depende de ti ni de mí, pero si nos dejan, volveré a vestirme como a ti te gustaba que lo hiciera para estar contigo… con nuestra alianza alrededor del cuello y no en la muñeca, o en un armario.
 
            Si nos dejan, pienso contar los días, horas, minutos y segundos que queden para juntarnos de nuevo, mirando esa cuenta atrás con la ilusión de toda la vida.
 
            Si nos dejan, te esperaré fielmente como en otras ocasiones, sentado en el séptimo y último peldaño de la escalera por la que aparecías radiante, blanca impoluta.
 
            Si nos dejan, esta vez en lugar de andar, levitaremos sobre los adoquines de nuestras calles, que estarán más jubilosas que nunca por tu regreso.  
       
            Si nos dejan, volveré a grabar el nombre de mis hijas en la réplica de nuestra alianza que a ellas también les comencé a colocar en su cuello desde que nacieron.
 
            Si nos dejan, nuestro día será tuyo, será mío y será, como lo era hasta hace poco, de todo aquel que también esperaba año tras año tu llegada.
 
            Si nos dejan, vibraremos una vez más por nuestras calles, y bailaremos y cantaremos tus canciones, ésas que me provocan escalofríos al escucharlas en tu ausencia. Esas canciones que estos últimos años no he querido oír ni recordar, por ese maldito bicho que se ha interpuesto entre nosotros.
 
            Si nos dejan, almorzaremos de nuevo ese plato que tanto te gusta y que para todos los que te añoramos es un símbolo de tu inminente llegada.
 
            Si nos dejan, hilaremos los días con las noches y las noches con los días, sin dejar un minuto para el descanso ni para detenerse a reflexionar… Sólo valdrá sentir, sólo vivir, sólo vivirte, como siempre lo hicimos, como nunca debimos dejar de hacerlo.
 
            Si nos dejan, la alegría de tu llegada y nuestro reencuentro explotará una vez más, muy alto y estruendoso, en el día y la hora en los que año tras año lo hacía. En tu día. En tu hora.
 
            Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida. Si nos dejan, DE TODO LO DEMÁS, NOS OLVIDAMOS…
 
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN 2022!!!
GORA SAN FERMÍN 2022!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!

        Charly Azanza

OSASUNA, MI PRIMER AMOR

24.10.2020 17:08

 

       

            Como decía Tom Hanks en Forrest Gump, “es curioso lo que uno puede recordar… porque yo no me acuerdo de cuando nací, ni recuerdo mi primer regalo de Navidad, ni tampoco sé cuándo salí de excursión por primera vez, pero…” yo sí recuerdo la primera vez que Osasuna entró en mi vida: fue a mis 6 años de edad, un 28 de Enero de 1989 y recuerdo que mi hermano mayor puso la radio para escuchar el Osasuna-Real Madrid que comenzó ganando Osasuna con gol de Pizo Gómez y que terminó suspendiéndose por los famosos petardos a Buyo… Recuerdo que al rato llegó mi padre de El Sadar, gastando mala hostia por la suspensión del partido… En ese día tan recordado –las televisiones, el Marca y el As han trabajado duro hasta hoy para que así sea– empezó a surgir mi osasunismo…
 
            La temporada siguiente es cuando me bauticé como osasunista, acudiendo a El Sadar por primera vez de la mano de mi padre para ver un Osasuna-Málaga que se saldó con un 2-0 para los rojillos, para seguir yendo durante años al Ángulo de Infantiles, con la txaranga de Marcilla y el emblemático Chiquilín animando a la chavalería. Años más tarde, en la 98-99, me confirmé como tal haciéndome socio, comenzando una intensa relación con el Club Atlético Osasuna que duraría hasta la temporada 2012-2013… Tras una juventud entera juntos –desde mis quince años hasta mis treinta–, mi pasión por el fútbol fue derivando en apatía, lo que provocó una crisis entre nosotros que terminó en mi no-renovación del abono… una especie de “no eres tú, soy yo… ya no tenemos nada en común”.
 
            Pero una vez escuché que al primer amor siempre se le quiere y hoy, día del centenario del que fuera el equipo de mis amores, lo puedo corroborar, viendo que todavía me emociono y me palpita el corazón al recordar aquel Gran Osasuna de mi infancia, con Don Fermín Ezcurra –q.e.p.d.– como presidente y Zabalza como entrenador. Ese Osasuna de mi infancia que me aportó mi primer ídolo, Jan Urban, el héroe del 0-4 del Bernabéu con un hat-trick –golazo desde el medio del campo incluido– y que ocasionó que mi madre tuviera que coserme un 7 a la espalda de mi camiseta rojilla. Aquel Osasuna también de Castañeda, los Larráinzar, JJ Pascual, Pepín, Merino, Martín González, etc, etc. Luego vendría el descenso del ’94 tras catorce años en la élite y el instantáneo Vamos a subir de la afición navarra… enseguida veríamos que no sería tan fácil.
 
            Como he comentado, en el ’98 comencé mi idilio con el Club –escuche el lector la canción My Girl para sentir los hitos rojillos que paso a rememorar– y con él, llegó el ansiado ascenso del 2000 –¡¡gracias, Lotina!!–, a mis 17 años, fiesta que tuvo su víspera en aquel histórico desplazamiento de siete mil osasunistas a Gijón y el empate in extremis de Iván Rosado con su espuela. Una semana después, vivimos un final de infarto remontando frente al Recre, y en cuya invasión de campo pude abrazar a Mateo y pedirle la camiseta –Mateo, todavía la estoy esperando–. Después llegaron los años de sufridas permanencias como la de Anoeta,  partidos a vida o muerte contra el Real Madrid –como aquel 3 – 1 con golazo de Rosado de volea, vapuleando a los Galácticos de Zidane y Raúl en su centenario–. De ahí, tuve la fortuna de vivir los gloriosos años de Aguirre –la cúspide de la relación, sin duda–, en los que nunca olvidaré hitos como el 0-3 en el Bernabéu; la histórica final de Copa que pude vivir en el Calderón a mis 22 años, en la que tocamos el cielo con las manos tras el soberbio testarazo de Aloisi; nuestro año de ensueño en el que el mexicano nos dejó en plaza de Champions para volver a tocar y besar el cielo frente al Hamburgo –¿algún osasunista no recuerda la última jugada con Webó quitándole al Gran Savo Milosevic un balón que llevaba su nombre? –; y como colofón, aquel año de UEFA en el que llegamos juntos a semifinales tras aquel golazo de Nekounam en el ‘119 frente al Girondins y en el que el viaje a Leverkussen y su 0-3 siempre será mi luna de miel con Osasuna. Luego volvieron de nuevo las permanencias in extremis que nos dejaron recuerdos como aquella remontada contra el Sevilla (2-1) con el Puñalazo de nuestro Gran Capitán para empatar y creer en la victoria que nos dio el gol de Cejudo… Aquello fue en la 2012/13, me hizo volver a sentir aquello que solo puede sentirse siendo rojillo, pero la decisión estaba tomada… mi pasión por el fútbol no era ni la sombra de la que era y nuestras vidas debían tomar caminos diferentes… Como he dicho al principio, del primer amor siempre queda algo en lo más hondo de ti y siendo así, desde la distancia, sufrí el descenso de 2014, la agonía de Sabadell, celebré el inesperado ascenso al año siguiente de mano de la Bruja de Campanas, y cómo no, vibré con el increíble retorno a Primera del Arrasate Team.
 
            Porque por más que la vida nos aleje, nunca hay que olvidar –y menos en el día de su centenario, un centenario tan tristemente frío y atípico– que Osasuna somos todos los navarros que alguna vez nos hemos emocionado con nuestro equipo, socios, ex-socios y aficionados de toda índole;  Osasuna es el Roble montañés y el vino de la Ribera; Osasuna es Navarra, es Nafarroa; Osasuna es euskera y es la Jota; Osasuna son los Sanfermines con la afición rojilla cantando el Vals de Astráin; y los Sanfermines son Osasuna, con las peñas entonando canciones osasunistas; Osasuna es Tajonar; Osasuna es Iriguíbel-Martín-Echeverría; Osasuna es El Sadar; Osasuna es el color rojo pasión, el mismo que lucimos en el pañuelico; Osasuna es Palacios lanzando el txupinazo en el 2000; Osasuna es estar con la familia; Osasuna es el patxaran antes del partido; Osasuna es Patxi Puñal, al que no podrán parar; Osasuna es la Plaza del Castillo teñida de rojo esperando a la plantilla; Osasuna es el gol de Aloisi en el Calderón o el de Flaño en Sabadell; Osasuna es un bocadillo de txistorra para el descanso; Osasuna es el antidisturbios amenazándote en el tren “Como ze paze de graziozo, ze queda zin ver el partido”; Osasuna son los peajes de Zuasti e Imárcoain batiendo records de afluencia cuando se acerca un partido en El Sadar; Osasuna es el león de su escudo en los chistes de Oroz; Osasuna es el Yo no bajo; Osasuna es el Volveremos; Osasuna es Oier y Roberto Torres; Osasuna es un equipo valiente y luchador; Osasuna es el escudo bordado en el pañuelico; Osasuna es bajarse en masa del tren en Atocha gritando “¡¡Se nota, se siente, Iruña está presente!!”; Osasuna es la bufanda roja y azul marino que te cosió tu abuela cuando eras niño; Osasuna es sufrir al final de la temporada; Osasuna es sufrir para sus rivales cuando vienen a Pamplona; Osasuna es un coche matrícula Navarra en tierra hostil; Osasuna es SALUD, y por eso, desde el deseo de que el nuevo Sadar pueda teñirse de rojo por su afición cuanto antes:
 

OSASUNA!!!

¡¡¡FELICIDADES ROJILLOS!!!

ZORIONAK GORRIAK!!!

           Charly Azanza

¡¡¡OS ESPERO EN SANFERMINES 2021!!!

06.07.2020 09:15

 

            No estoy nervioso. Por primera vez en mi vida, me levanto de la cama un día 6 de Julio con calma, con tranquilidad, sin esos nervios, sin esa ilusión, sin esa sana ansiedad que uno siente cuando barrunta que se avecina algo grande… algo tan grande como los Sanfermines… Me he levantado y me he sentido huérfano, al mirar la mesa del salón y no verla repleta de ropa blanca y pañuelos y fajas rojos…
            Pero de nada sirve lamentarse ante algo que era tan necesario como la suspensión de nuestras fiestas. Y en casos de desánimo y tristeza, no hay mejor antídoto que la esperanza, palabra que viene de esperar
            Así que cargado de la paciencia imprescindible para cualquier espera, os espero a todos el año que viene. Os espero, familiares y amigos, para compartir los Sanfermines ya desde el almuerzo del 6 y hasta el Pobre de Mí, pasando por innumerables vermuts, bailes, recuerdos nostálgicos de otros años y canciones entonadas a viva voz. Te espero, viejo conocido, con el que la casualidad hace que me encuentre cada Sanfermines, para darte un fuerte abrazo y preguntarte qué tal todo, cómo te ha ido la vida desde el año anterior. Te espero, pamplonica cualquiera, con la sonrisa y el salero que lucimos esos días, como parte de la indumentaria sanferminera. Os espero a las peñas, con vuestras txarangas y su música, su alboroto, su alegría, su humor indescriptible, su júbilo que estalla en el tendido de Sol o en cualquier rincón del Casco Viejo. Te espero, australiano, con tu camiseta de Fanatics.com y tus pantalones Coronel Tapiocca, tu faja a la altura del ombligo, tu lata de San Miguel y tu disfrute permanente. Te espero, maño, catalán, madrileño o andaluz, con tu excitación al conocer por fin nuestras fiestas o con tu satisfacción de llevar desde tus 16 años viniendo, sin fallar ni un solo año, ni siquiera aquella vez que tenías boda de tu primo…”Pues que no se case en Sanfermines”, le dijiste a tus padres como indiscutible justificación de tu ausencia. Te espero, visitante foral, vestido de blanco con una blusa fosforita-cutre de tu peña del pueblo –si eres de la Ribera– o con tus pantalones Quechua, tus deportivas de ir al monte y tu pañuelo de cuadros –si eres de la Montaña–. Os espero, Gigantes, con vuestra imperturbabilidad al paso de los años, vuestra majestuosidad, y os espero a los kilikis, con vuestro gamberrismo, y a todos los niños pamplonicas, sin cuya alucinación frente a los gigantes y sin cuya osadía frente a los kilikis, no tendrían sentido los primeros y segundos. Te espero, banda de La Pamplonesa, con el corazón latiendo en un puño apretado, recordando el Vals de Astráin retumbando en la calle Mayor, y el grito de “¡Raiu-Riau!”, que el año que viene será más enérgico que nunca. Os espero, moscovita de El Temple, frito de pimiento del Río, tostada de foie del Gaucho, rabas de la Estafeta,  pintxo de tortilla de Navarrería y bocata planchado y akelarre del Jesús Mari. Te espero, simpático desconocido, que me echas una mano cuando me ves intentando hacerme sitio para salir del bar con cualquiera de esas delicias, cañas y marianitos en las manos. Te espero, cuadrilla contigua que siempre conozco en los toros, para volver a compartir risas, canciones, bailes y hielos, banderillas de pepinillo-guindilla-aceituna-cebolleta, cervezas y dulces. Te espero, moza pamplonica para bailar una canción –puede ser la que rompe en Los 40 o una ranchera, igual da–. Te espero, plato combinado de las mesas al aire libre sacadas en La Merced para la ocasión. Os espero, Toko-Toko y Braulia, el día 7 del año que viene en la calle Mayor, para veros bailar El Negro José. Os espero, a todos los que acudáis a la plaza de toros el día 14, para despedir las fiestas con las 16 txarangas de las peñas tocando al unísono el vals de Astráin e Ikusi Mendizaleak. Os espero a todos, con las velas encendidas en el Pobre de Mí para llorar el fin de nuestras amadas fiestas, en lugar de su no celebración. Os espero a todos, por estas fechas, para leer mi próximo artículo pre-sanferminero.
            Y sobre todo, os espero a todos los que trabajáis duro para que no tengan que volver a suspenderse las fiestas y muy por encima de ello, para que este maldito virus no se cobre más vidas. En homenaje a ellos y en memoria de los fallecidos por la enfermedad, va este artículo. Escrito desde la pena y la tristeza, pero sobre todo, desde la Esperanza.
¡¡OS ESPERO!!
¡¡VIVA SAN FERMÍN 2021!! / GORA SAN FERMÍN 2021!!
¡¡¡SALUD!!!

      

         Charly Azanza

FAUNA SANFERMINERA

05.07.2019 18:17

 

               

            Y casi sin darnos cuenta, aquí estamos, queridos lectores, con el ya tradicional artículo sanferminero de vuestro columnista favorito. Este año no he querido dejar pasar la oportunidad de describiros algo tan significativo de cualquier hábitat como lo es su fauna. En efecto, con orgullo y sin demora, paso a detallaros toda especie animal que llena las calles de la vieja Iruña y le da colorido a la fiesta durante sus nueve días:
 
  • El mozopeña: como no podía ser de otra manera, empezamos por la especie sanferminera más emblemática… El mozopeña es a las fiestas lo que el león a la sabana, el pingüino a la Antártida, el canguro a Australia o los huevos fritos al almuercico. Se pega desde el 1 de Enero contando los días que quedan y anunciando en su trabajo cada día de escalerica. Para principios de Junio, ya está de los nervios y para el 15, ya se ha probado la ropa blanca del año pasado. Pese a que su lugar más común sea la corrida de toros –con su entrada y salida de las peñas incluida, claro está–, puede vérsele también a las mañanas en el vermut, en los gigantes si es padre o madre, a las noches por Jarauta o incluso, en la procesión o en la ofrenda floral al Patrón.
  •  El vampiro: hay uno o más en cada cuadrilla y se distingue por ser un ser que vive la fiesta única y exclusivamente por las noches. Pese a que vayan pasando los años y el resto de sus amigos vayan adaptándose al horario diurno, él sigue con sus hábitos de la adolescencia: salir de casa a la hora de los fuegos artificiales y llegar después de ver el encierro dando tumbos –la luz del sol de las ocho de la mañana no le hace daño alguno, pero los rayos del mediodía o de la tarde, lo fulminarían ipso facto–. Te puedes topar con uno de ellos en cualquier calle del casco viejo por la noche, o bien en el ascensor cuando llega a casa, apestando a kalimotxo rancio y saboreando unos churros mientras tú subes de comprar el pan.
  • La cigüeña: casi no merece ser nombrado en tal preciado artículo pero nuestras amadas fiestas las hacen tanto los que están como los que no. Ciertamente, me estoy refiriendo a toda esa gente que no quiere ni oír hablar de los Sanfermines, emigrando de Pamplona el día 5 para regresar el 15. Los hay más perezosos –emigran a Orio, Zarauz, Laredo– o más sacrificados –Punta Cana, las Maldivas, etc– pero todos se caracterizan porque te los encuentras llenando tu muro del FB con sus fotos en las que muestran lo bien que se lo están pasando, estando tú resacoso y legañoso, recién despertado… Y, lo negarás siempre bajo tortura, pero en ese preciso instante te dan un poquico de envidia.
  • El combativo: hasta hace unos cuantos años, eran de raza pura: greñas –ellos– o melena con mechas moradas –ellas–, camiseta exigiendo el acercamiento de los presos a Euskal Herria, pegatinas en la camiseta reivindicando la Independentzia, riñonera boliviana a un lado de la cadera, el símbolo de amnistía en el pañuelo, etc. En cambio, en los últimos años, con el nacimiento de la ola político-social 15mayista-podemita y con la explosión del movimiento feminista, son más heterogéneos y variopintos, habiendo así una amplia gama de reivindicaciones y pegatinas y, por tanto, de razas de esta especie. Y es que, qué duda cabe de que la belleza está en el mestizaje. Abundan los cruces de esta especie con los mozopeñas en tendido de Sol.
  • El navarrísimo: en las antípodas de la geografía en la que vive el combativo, tenemos al navarrísimo. Es difícil reconocerlo por su estética, por lo que hay que observar detenidamente sus movimientos: critica constantemente al animal combativo, silbando cuando aquél reivindica, y grita entusiasta ¡¡Viva Navarrrrrra!! cuando ve pasar al Santo en la procesión, dando por hecho que al combativo le va a irritar tal arenga. Su hábitat natural es el tendido de Sombra o dependiendo de la edad, el Casino Eslava o las sociedades gastronómicas PTV donde no se permite la afiliación de mujeres.
  • El cisne: pese a que no son de lo más típico de nuestra fauna rojiblanca, están ahí y merecen su espacio, como las ovejas negras en el rebaño o como los madridistas en Pamplona… bueno, no… aquí igual me he pasado… Son elegantes y esbeltos, van siempre de punta en blanco pese a ser Sanfermines y les gusta lucirse aún más –si cabe– que durante el año, hecho que hace que sigan llevando su look engominado –ellos– o su peinado de peluquería –ellas–, le pese a quien le pese. Frecuentan los garitos chics del ensanche, como el Che, la Carbonera, etc. y se mantienen siempre alejados de los adoquines.
  • La paloma: es otro ave migratoria pero al contrario que la cigüeña, ésta viene a Pamplona huyendo de su monótona vida en Wisconsin, Sidney –no pongo esta ciudad por casualidad, simple y llanamente es la única que conozco de Australia y no me apetece buscar otra en Google– o Bayona. Cualquiera de las especies anteriormente citadas, sueña con cortejar y aparearse con ésta, pero por desgracia –para las palomas, por supuesto– sólo ocurre en los chistes de Oroz. También las hay que vuelan desde tierras forales, las cuales son muy difíciles de distinguir de la fauna autóctona, a menos que le mires el pañuelo, el cual siempre lo lucirá orgulloso con el escudo y nombre de su pueblo.
  • El camaleón: disfruta la fiesta como cualquier otro animal de nuestra fauna pero llama la atención sobre el resto porque jamás se viste de blanco y gasta el mismo color de piel que durante el año. Si acaso se le puede ver un pañuelico anudado en la muñeca, a lo sumo. Nunca lo reconocerán, pero van así vestidos para llamar la atención de animales de otras especies del sexo opuesto y facilitar así su apareamiento. Por suerte, y que me perdonen los ecologistas de la especie combativa, son una especie en extinción.
  • La cigüeña sin alas: se pega el año despotricando contra los Sanfermines pero cuando se van acercando, es incapaz de emigrar como el resto de su especie y se queda aquí quejándose, aguando la fiesta y dando por culo al resto de las especies –bueno, por lo menos por fin hemos encontrado a una especie que aparea–.
  • El bloguero: tiene mucho de casi todas las especies y se pega el año esperando a que se acerquen estas fechas para escribir su artículo en su blog y que el resto de especies lo disfruten…..
 
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!! GORA SAN FERMIN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!
 

         Charly Azanza

CARTA A UNA JOVEN QUE QUIERE VENIR A SANFERMINES

30.06.2018 16:39

          

          Hola, Esther. Sí, te escribo a ti, Ana, Marta, Vero, Rosana, Isabel, Mónica, Susana. Espero que no te importe, pero hablo personalmente, cara a cara contigo, Maite, María, Desiré, Nuria, Rocío, Sonia, Alicia… Tienes desde 16 hasta 40 años y nunca has estado en Sanfermines. Llevas viéndolos por la tele desde que eres una cría, y desde entonces, siempre has tenido ganas de venir a conocerlos, de vivirlos… o simplemente, una amiga te ha contado que estuvo el año pasado y que se lo pasó en grande, este año quiere repetir y no hace más que animarte para que la acompañes…

 

            Pero te da miedo... Y lo puedo entender, porque cada vez que enciendes la televisión no haces más que verles a ellos, a los canallas que violaron a una joven en los Sanfermines de hace dos años. Pongas el canal que pongas, a menos que estén con el Mundial, aparecen ellos una y otra vez, vestidos de blanco y con el pañuelo rojo o saliendo de los juzgados, y junto con ellos, el inevitable vínculo con la ciudad y las fiestas donde hicieron aquella fechoría. Porque no cabe duda de que los medios de comunicación oficiales, por alguna razón, llevan estos últimos años desprestigiando los Sanfermines, creando una psicosis basada en que aquí hay más agresiones sexistas que en cualquier otro lugar o fiesta, que aquí es normal y natural molestar, manosear o incluso agredir a las mujeres. Pero supongo que viendo cualquier noticia, sea del tema que sea, lo harás poniendo un filtro, sabiendo quién te la está contando y qué le interesa que pienses a quien te la cuenta. Por tanto, para que tengas esa capacidad de filtrar lo que te cuentan sobre las fiestas de Pamplona, me gustaría que supieras que:
 
            En nuestras fiestas no ocurre absolutamente nada que no ocurra en cualquier otra fiesta del mundo de tales dimensiones. En Pamplona vivimos unas doscientas mil personas y durante esos nueve días, hemos llegado a recibir un millón y medio de visitantes. Siendo así, y sin ánimo de justificar ni de quitar importancia a los siguientes hechos, a veces ocurren cosas horrorosas –ya sean agresiones sexistas, robos, peleas…– perpetradas por gentuza, forastera o autóctona, que aprovecha dicha masificación para sus mezquinos fines.
 
            ¿Por qué entonces se habla tanto de agresiones sexistas cuando se habla sobre Sanfermines en comparación con otros lugares/fiestas? Por la misma razón que ahora oímos y vemos muchísimos más casos de violencia machista que hace treinta años: se ha visibilizado y socializado el problema. A nadie se le ocurre pensar que hace treinta años apenas había violencia contra las mujeres y que ahora sí la hay. En Sanfermines lo que está ocurriendo es que desde hace unos años, las instituciones pamplonesas y navarras dejaron de ocultar estos hechos –como se sigue haciendo en el resto de lugares– desbordadas por la indignación, denuncia social y la protesta que comenzaron impulsando los colectivos feministas, a la que se fueron adhiriendo otros tan importantes esas fechas como son las peñas de San Fermín, y que acabamos secundando toda la población pamplonesa, hombres y mujeres.
 
            A nada que busques por la hemeroteca, podrás comprobar lo que te afirmo, y verás cómo desde el asesinato de Nagore Laffage, se hace una concentración cada año poco antes del día 6 reclamando justicia; verás también que al día siguiente de la tristemente célebre violación antes citada, la plaza que el día anterior se llenaba para celebrar el Txupinazo, se abarrotó de pamploneses y foráneos para mostrar su repulsa;  comprobarás cómo nos echamos a la calle hace dos meses el día de la indignante sentencia y cómo volvimos a hacerlo rodeando la Audiencia de Navarra tras la reciente puesta en libertad de estos cinco criminales; o te toparás con vídeos de campañas impulsadas por el Ayuntamiento llamando al respeto; o con las pancartas de las peñas en las que se puede leer Eraso sexistarik Ez! (¡No a las agresiones sexistas!); o te sorprenderás al descubrir que todos los bares del Casco Antiguo, pararon media hora en plena noche con sus locales llenos de clientes, para protestar contra esta lacra… Por tanto, aquí no vas a tener mayor riesgo o probabilidad de que te agredan que en cualquier otra fiesta masiva. En todo caso, aquí ese riesgo cada año es menor ya que hay unas instituciones, una policía, unos colectivos sociales, una población –mujeres y hombres– que están cada vez más concienciados con este problema.  Así que te animo, te invito a que vengas…y no sólo yo, también los colectivos feministas de Pamplona llaman a que las mujeres vengáis ahora más que nunca (enlace 1) porque si no, ganan ellos, los agresores, y porque así ponéis en práctica aquello de “¡La calle, la noche, también son nuestras!”
 
            Te invito a que vengas y que se te ponga la carne de gallina al oír y ver estallar el Txupinazo (2); o que botes eufórica al salir los gaiteros del Ayuntamiento (3); o que disfrutes de la tarde del 6, conociendo a gente, bailando, riendo, bebiendo, gritando; que te emociones en el riau-riau como lo hacemos los de aquí (4); que acabes la noche o empieces el día bailando con las dianas (5); que te diviertas viendo a la pareja americana de la comparsa de gigantes bailando el Negro José el día 7 (6); que almuerces en plena calle unos huevos fritos con magras –un almuercico–; que bailes como si no hubiera un mañana con cualquiera de las txarangas o batukadas que abundan esos días; que te sumerjas en el ambientico que se hace a la hora del vermut con niños, padres, mayores y la espontaneidad que le da el encontrar a gente tocando y cantando en cualquier sitio (7); que vayas con las peñas a Sol y disfrutes del jolgorio, de la fiesta, y compartas merienda y risas con unos mozopeñas que acabas de conocer –a no ser que seas anti-taurina, en cuyo caso y como ves, esta fiesta tiene mucho más que toros– (8); o disfrutes en la salida de las peñas cuando salen cada una con su txaranga a recorrer las calles de lo viejo (9); que goces siendo la protagonista de las fiestas, porque aquí todos lo somos, pamploneses y visitantes, mujeres y hombres; que disfrutes de los conciertos, del ambiente especial que tiene la noche, de cada segundo, de cada baile, de cada persona que conozcas, de cada cosa que te haga reír –que serán muchas–, de cada cosa que te haga llorar de emoción y, ¿por qué no?, de un chico –o chica– que hayas conocido y con el que te haya apetecido enrollarte y tener sexo… Porque, Esther, Ana, Marta, Vero, Rosana, Isabel, Mónica, Susana, Maite, María, Desiré, Nuria, Rocío, Sonia, Alicia… para todo esto eres joven y mujer, para todo esto eres igual de libre en Sanfermines que un hombre y para todo esto, puedes venir a las mejores fiestas del mundo.
 
¡¡NI AGRESIONES SEXISTAS NI DIFAMACIÓN MEDIÁTICA!!
¡¡VIVA SAN FERMÍN!! GORA SAN FERMÍN!!
¡¡YA FALTA MENOS!!
           
         

        Charly Azanza

 

         Enlaces:

  1. Comunicado colectivo feminista: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=607488472971674&id=100011315800850

 

  1. Chupinazo: https://www.youtube.com/watch?v=T5OSDKWVahI

 

  1. Gaiteros: https://www.youtube.com/watch?v=66r6QoIKTRc

 

  1. Riau-Riau: https://www.youtube.com/watch?v=vNlMRLl9CmQ

 

  1. Dianas: https://www.youtube.com/watch?v=zKFyGEKxzOw

 

  1. Negro José: https://www.youtube.com/watch?v=zG9IfHCMWw4&feature=youtu.be

 

  1. Música en la calle: https://www.youtube.com/watch?v=gjDjqIGpEPs

 

  1. Ambiente Sol: https://www.youtube.com/watch?v=57QcovlOrbk

 

https://www.youtube.com/watch?v=PauAXlpo7L0

 

        9. Salida peñas: https://www.youtube.com/watch?v=xhaxD9u6R0E

MANUAL SANFERMINERO

04.07.2017 19:55

 

             

            ¿Te pegas el año tachando los días que quedan para Sanfermines y luego te quedas chafado porque no alcanzan tus expectativas?¿No das con las fiestas ideales porque no suceden como las habías planeado? ¿Disfunción eréctil? ¿Eyaculación precoz? En las dos últimas no puedo ayudarte, querido lector, pero en las dos primeras, ¡¡sí!! Te presento la versión 2017 de tu ansiado y tradicional artículo sanferminero, donde vas a poder acceder de forma completamente gratuita a un magnífico y eficaz manual que evitará que sufras determinadas frustraciones durante nuestras amadas fiestas, haciendo que este día 15, te sientas –además de hecho un despojo, un residuo humano– completamente satisfecho con tu papel en éstas:
 
  • Ya que todavía quedan dos días, y que las predicciones meteorológicas son un tanto inestables, has de saber que por más que mires dichas predicciones cada quince minutos, el tiempo no va a mejorar… hazte a la idea, y que te valga también para años venideros.
 
  • Vamos a ver, si durante todo el año te ignora, hagas lo que hagas y digas lo que digas, ¿qué te hace pensar que durante Sanfermines va a ser diferente? ¿En serio crees que le vas a empezar a gustar con esa camiseta de San Fermín’98 que regalaban con el diario, que tiene el estampado desteñido y cuya tela se transparenta tanto que deja entrever tus pezones? Sí, va a ser eso, que igual con lo de los pezoncicos, se vuelve loca… anda queeee… Exacto, ya lo vas pillando: tira a por otro cubata, sí.
 
  • Tu novio es un garrulo durante todo el año, y conforme pasa el tiempo, la cosa no va a mejorar… no sé… si fueras creyente quizá el Patrón te echaría un cable, pero eres atea convencida desde que te expulsaron de las Carmelitas por decirle a la Hermana Martina aquello sobre la inverosimilitud de la virginidad de la Virgen María, explicándole tu versión sobre cómo hizo al Niño Jesús… Por tanto, ¿qué te hace pensar que en Sanfermines se va a comportar como una persona decente? O, directamente, ¿qué te hace pensar que se va a comportar como una persona? Sí, eso es, es el momento de dejarlo: él no se dará cuenta hasta llegado el día 15, Pamplona está llena de australianos cachotas de metronoventa y tienes unas ganas locas de agarrarte un buen pedo con éstas, que ya casi ni os veis desde que se empezaron a casar y a tener niños.
 
  • No, mi chico, no… Tus hijos no va a tener piedad contigo mañana por la mañana cuando se levanten a las ocho y te vean resacoso perdido arrastrando los pies por el pasillo. Así que tú sigue dándole al pimple y diciendo aquello de “Me echo una más y me voy a casa…”, que seguramente mañana se compadezcan de tu lamentable estado y se dediquen a pintar toda la mañana sin decir ni pío ni querer ir a los gigantes ni a las barracas.
 
  • Claro, sí, ¡buena idea! Tú no te cojas fiesta en el curro ningún día que total, este año no tienes muchas ganas de Sanfermines y cada vez te gusta menos la juerga, así que, ¿para qué? Luego cuando salgas todos los días hasta las cuatro y vayas a trabajar cual zombie de peli de los 80 –de los de The Walking Death, no, que ésos dan demasiado miedo– cada mañana, volverás a repetir aquello de “El año que viene, me cojo fiesta o me voy a Calafel, pero otra vez esto, ni de globo…” Y encima te lo crees, tan convencida, tan ancha… como si te lo hubieras pasado mal, máxime sin tener que aguantar al garrulo de tu –recientemente– ex.
 
  • Ese gin-tonic –o lo que demonios sea lo que te estés bebiendo en tu vaso de plástico– sabe a rayos y centellas y encima has pagado un pastón por él. No haces más que jurar en arameo por la estafa de la que eres víctima año tras año en cada garito de lo viejo. Pues nada, si tan fino se te ha puesto el morro con el paso de los años, te vas a un sitio chic de estos del ensanche –La Carbonera, el Che, el Sitio, La Rúa– que ahí ya te pondrán un Gin-Tonic de esos en copa elegante de vidrio y con media ensalada aromatizando tu brebaje mágico. Ya verás, la clase y el glamour que vas a tener a la hora de cortejar a las chicas que frecuentan esos locales, que si no fuera por el pañuelico, parecerían sacadas de una discoteque de Ibiza…Y tú mientras ahí, con tu copazo de diez pepinos –en los dos sentidos: te ha costado 10 Euros y lleva flotando diez pepinos cortados a rodajas–, con un caché y una clase que parecerías también sacado de la zona VIP de la Space, de no ser porque llevas puesta tu camiseta de San Fermín’98 y porque hueles que apestas… ¡Lo has pillado, eso es!: pide un vaso de plástico y vuélvete a las peñas que estabas más guapo, anda…
 
  • Sí, lo has hecho muy bien, tu novio era un garrulo y has hecho bien lo que hiciste. Pero claro, ahora vas y te das cuenta de que aquel que tenías fichado desde antes de empezar con tu ex y por el que tanto suspirabas cada vez que le veías pasar, en mitad de la noche y tras doce horas de pedo, es otro puñetero zopenco… ¡¡Claro!! Si mira que has repetido veces la frase: ¡son todos iguales! Ya sólo queda creérsela de verdad y actuar acorde a ésta. Pero bueno, eso ya para a partir del día 15, tarea para el verano, llamémosle el Vacaciones Santillana de la reciente soltera…. Ahora lo que tienes que hacer es hacerle un poquico de caso a Marta, que para un día que sale, está ahí más sola que la una…
 
  • Vamos a ver, colega, te pasa cada tarde que vas a los toros y es bien fácil entender la explicación científica: si preso de la ansiedad por echarte el primer cubata, abres la bolsa de hielos lo justiiiico para que te quepa la mano vacía, luego, cuando te la llenas de hielos no la puedes sacar porque una mano llena de hielos ocupa más volumen que una vacía. Y al no entender esto, todos los años la misma canción: tú haciendo movimientos violentos y convulsivos, que pareces un perro enganchado tras el coito, para sacar la mano de la bolsa… y todo por no hacer el agujero un pelín más grande a la primera. ¡¡Ánimo, campeón, que este año puedes!!
 
  • A ver, que ya tienes cierta edad para seguir echándole la culpa de tu vomitona matinal al kebab que te has recenado de camino a casa. Vale que es una carne que nadie sabe de dónde sale ni de qué animal es –eso si es de un animal…–, pero digo yo que los varios cubatas y las innumerables cañas que te has echado con Marta la noche anterior, ­–“Vamos, Marta, no seas moñas, para un día que sales…”– tendrán algo que ver, ¿no? Así que esas excusas que le ponías a tus padres cuando vomitabas siendo una adolescente, habrá que ir desechándolas, porque ya no engañas a nadie. Ni qué decir tiene que a tus padres tampoco les engañabas, pero bueno…
 
  •  Sí, llevas un buen rato saboreando este artículo, junto con otros miles de lectores asiduos del blog y, hasta el año que viene no vas a poder gozar de la lectura de otro similar, así que el único remedio que se me ocurre es que disfrutes de los Sanfermines teniendo siempre presente este valioso manual….
 
 
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!!
GORA SAN FERMÍN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!
 

        Charly Azanza

 

 
 
 

 

 

 

¡¡VIVA PRE – SAN FERMÍN!!

04.07.2016 00:05

 

          

                No, queridísimo lector. Ni me he equivocado ni ha sido el omnijustificante autocorrector –vuestro columnista favorito ni se equivoca ni, por tanto, necesita autocorrector–, he querido escribir PRE – San Fermín. Y es que, tal y como comentaba ayer con un gran amigo, casi son más bonitos estos días previos a las fiestas que las propias fiestas en sí mismas. Basta fijarse y analizar las pre-fiestas con detenimiento para darse cuenta de que éstas también tienen su encanto, sus costumbres e incluso, casi su propio programa:
 
  • Quedando un mes o más para el comienzo, se empieza a organizar el almuerzo del día 6, y siempre están los que se hacen los remolones y son incapaces de confirmar si van o no –como si tuvieran algo mejor o más importante que hacer ese día… ni el resto de días del año, vaya– hasta que el organizador amenaza con un contundente “El Viernes llamo ya al bar para reservar… el que no me confirme para ese día, se queda sin almuerzo”.
 
  • Hacia finales de Mayo, te toca ir una tarde a la peña a cumplir con uno de los eventos más emblemáticos de los pre-SFs: el sorteo de turnos de barra. Allá vas, esta vez más optimista, con el convencimiento de que este año, sí, te va a tocar escoger de los primeros y vas a elegir hacer barra a la hora del vermut del Lunes, sirviendo mostos y marianitos a padres con sus hijos, y sin rastro de insoportables foráneos que no saben beber –otra cosica fuiste tú en aquella despedida de soltero en Salamanca. En fin…–. Como no podía ser de otra manera, te toca elegir el penúltimo –vamos mejorando– y te queda la noche del Sábado o, tal cual deseabas, la hora del vermut… pero del día 6. “¿Por qué no me iré al camping de Orio, como hacen quienes no disfrutan del masoquismo?”, piensas.
 
  • Y mientras los días siguientes vas elaborando una lista mental de pros y contras de ser socio de una peña, te llegan varios watsaps de varias personas diferentes, todas con el mismo objetivo y parecidas palabras: “¿Qué tal, tío? Oye, ¿me puedes sacar de tu peña unas entradicas para los toros del día 7? Somos 13…sí, que tengo comida con mis primos”. Piensas en contestarle a ver si se cree que eres del clan de los Heredia, y que te dedicas a la reventa de entradas, pero zanjas el problema con un neutro “¡Bufff!, el 7 chungo, y más para 13… pregunta en el bar el Ruedo antes de la corrida, a ver…”.
 
  • También un mes –justo– antes, las RRSS comienzan a oler a toro, a fiesta, y no son pocos los pamplonicas de bien cuyas cuentas se hacen eco de que ya es el último peldaño de escalerica, y que ya acariciamos la fiesta con las yemas de los dedos. Si dicho 6 de Junio cae en Viernes o Sábado, con suerte te encuentras de juerga a algún mozopeña con el pañuelico rojo anudado al cuello…
 
  • Conforme pasan los días y semanas, la ciudad se va vistiendo de pre-gala, con los maderos del encierro cosiendo ambos lados de la cuesta de Santo Domingo, el cartel anunciador cubriendo paredes y escaparates, la SUPER noria alzándose majestuosa y arrogante sobre Antoniutti y sus casetas de feria y los postes expendedores de la nota de la zona azul cambiando estos últimos años su estética cool  y enrollada de toda la vida –una protección de metal con un candado, en plan, “Esto son Sanfermines, aquí somos todos primicos, ésta es la ciudad sin Ley y aquí no paga ni Cristo estos días"– a una estética arisca e inhóspita –un cartel que dice que del 5 al 15 de Julio se paga las 24h, en plan, “Giputxi, si te has creído que me vas a cobrar a mí por aparcar en la calle cada vez que vaya a Zarautz a mear en tu playa y que tú vas a venir a aparcar aquí de gratis, ¡vas listo!” –… en fin, con los años, a todos se nos agria el carácter, y la Zona Azul no iba a ser una excepción.
 
  • Los precavidos lo hacen tres semanas antes, los holgazanes sólo con un par de días de antelación, pero todos de igual manera, tienen que pasar por la prueba de fuego, por la inclemente evaluación que verifica el ejercicio que has hecho durante el último año y la dieta que has llevado: sí, lo ha adivinado, estimado lector… hablo de probarse la ropa blanca del año anterior. Ya has bajado la caja del trastero o de encima del armario, donde aguarda 356 días paciente, acechante… la miras con temor, con desconfianza… la abres y están ahí, apilados, aparentemente inofensivos: ¡¡tus pantalones blancos!! Te pruebas el primero mientras te asalta la imagen de ese meme de watsap de Julio Iglesias burlándose de que no te entran, y… ¡¡te está holgado!! Ahí es donde el pánico se desvanece y comienzas a razonar “Pero, hombre, si te has pegado el año corriendo, ¿cómo no te van a entrar?”. Y así, ya sin sudores, vas probándote todos, con idéntico resultado. Los apilas todos en tu dormitorio, listos para ser manchados un año más, sin saber que muchos de ellos te guardan una sorpresa: la cremallera está rota, no lo descubres hasta que no has salido de casa con ellos puestos y vas mostrando tus horribles calzoncillos de Piolín el día entero… Pero bueno, esto ya son cosas de Sanfermines, y aquí hemos venido a hablar de los pre-Sanfermines… quien quiera un artículo sobre las fiestas, que se vaya a otro blog.
 
  • Las fiestas pintan bien… muy bien… “Este día 6 va a ser la repanocha, por no decir la polla con cebolla”… Y en esas estás, vendiendo la piel del oso antes de matarlo cuando, de repente, entras a tu cuenta de FB y lees un mensaje privado de aquel viejo conocido de Madrid, del que apenas recuerdas su nombre y con el que coincidiste a tus 15 años en aquel estúpido campamento de verano al que nunca debiste ir… NUNCA: “¡Ey, tío… ¿Qué tal?¿Cómo va todo? Oye, enhorabuena por el ascenso de Osasuna, estaréis contentos, ¿no? Nada, que me dice mi novia que nunca ha estado en Sanfermines, y está como loca por ir, y yo le he dicho que tenía en Pamplona un gran amigo de la adolescencia, y que podíamos ir a su casa. A ti no te importa, ¿no?” Maldito cabrón –piensas–, maldito jetas, gorrón –sigues pensando, viendo que vas a tener que estar todo el día 6 pendiente de un jodido madrileño y de su novia–, hasta que ves que el mensaje no termina ahí, “Por cierto, viene también mi hermana melliza, ya sabes, aquella que te ponías colorado cada vez que se acercaba, jeje”, ¡¡Toma!!, la verdad es que siempre he guardado un buen recuerdo de Isidro –rectificas, hasta que terminas de leer– “sí, viene con su novio… no le apetecía mucho porque dice que allá sois todos de la ETA, pero yo ya le he convencido de que no, que eso son sólo los de las peñas”. Cierras inmediatamente el FB para no soltarle cuatro improperios, y gracias a esa acertada reacción no lees su insultante PD: “¿Y tú qué? ¿No me vas a felicitar por la Champions del Madrid? ; ; ;” Encima con guiños, el tío…
 
  • Desde 14 días antes y a medida que se va acercando el día 6, entras en la web de AEMET y en eltiempo.es cada vez más veces al día y de manera más compulsiva, para maldecir tu suerte y la de todos los pamplonicas porque, una vez más, el cierzo va a azotarte mientras vuelves a casa en mangas de camisa –sí, eso no te hace espabilar y salir con jersey al día siguiente– y tal vez la lluvia te empape, también –por si no llevas ya suficiente líquido encima–. Y por más que compares ambas páginas web y elijas la que vaticine lo que a ti más te convenga, el cierzo y la lluvia van a estar presentes…
 
  • Pocos días antes del día 6, imprescindible la visita pre-sanferminera a la farmacia para comprar cuatro imprescindibles productos: antihemorroidal, Lizipaina, Fortasec y condones. Ciertamente, el cuarto también es imprescindible… nadie está hablando de usarlos, tan sólo tienes que comprarlos y sacarlos a pasear en tu bolsillo, pese a que vuelvas con ellos intactos a casa. Toda la vida, y más hoy día que la Austeridad rige nuestras vidas por órdenes de los que mandan, salir de casa con un billete y volver con ese mismo billete ha sido algo digno de alabar… ¿por qué no lo es salir de casa con dos preservativos y volver con éstos de vuelta? Sería interesante estudiarlo…  
 
  • Y por supuesto, lo más típicamente pre-sanferminero, tanto para usted, estimado y leal lector, como para un servidor, es mi artículo pre-sanferminero de rigor que año tras año les brindo con orgullo… ¡¡Va por ustedes!!
 
 
¡¡¡VIVA PRE – SAN FERMÍN!!!
Y ya puestos… ¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!! GORA SAN FERMÍN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!
 
                      

           Charly Azanza

 

 

CANCIONES TÍPICAS SANFERMINERAS

04.07.2015 07:44

 

          

            Más de un leal lector de este blog, al leer el título de este artículo estará pensando en los himnos de las peñas, el Vals de Astráin, etc. Pues no, lamento decepcionarles, pero cuando el que escribe estas líneas os habla de “canciones típicas sanfermineras”, uno se refiere a esas canciones que en su día –o año, o verano– culminaron la lista de los 40 o bien rompieron las listas de ventas –o la paciencia de más de uno al escucharlas por la radio siete veces al día–. Efectivamente, estoy hablando de aquéllas que para el pamplonica de a pie, no quedaron como un mero recuerdo de aquel año/verano, sino que ya son temazos sanfermineros, de los que ya puedes oír un extracto de cualquiera de éstos en pleno Enero, que la carne de gallina está asegurada…

 

            Y así, existen canciones que en todo el Mundo fueron efímeras pero que en Pamplona alcanzaron la gloria eterna… o por lo menos su estribillo, que al fin y al cabo, es lo único que la gente sabe cantar a pleno pulmón:

 

            *Cómo no comenzar con uno de los mitos de los ´80, que pese a haber pasado casi treinta años, nada evita que a escasas horas del Txupinazo todos gritemos año tras otro “¡¡vaya, vaya… aquí no hay playa!!”. Haciendo que la histórica animadversión hacia la capital, raye en el absurdo dado que parece como si nadie se estuviera dando cuenta de que aquí, en Pamplona, tampoco la hay. Pero da igual, porque tenemos Zarauz a una hora si nos apetece, y total, ¿para qué la quieres tener más cerca, si aquí siempre hace malo?

 

            *Los que éramos niños a principios de los ´90, disfrutamos de manera especial cuando, con el pañuelico recién anudado y saboreando los primeros cubatas de los Sanfermines, nos pinchan aquel hit –como dicen los poperos– de la gran Xuxa: “es la hora, es la hora… ¡¡¡es la hora de jugar!!!”. Momento cumbre del post-txupinazo, en el que medio bar se pone a bailar la conga y alguno hace su primer acercamiento al área rival, cogiendo por los hombros a la chica que acaba de conocer –cuidado que vienen curvas… no está mal para ser la ciudad del Opus Dei–. Y quien no hace la conga porque aún no está preparado para colgar balones al área, se dedica a cantar la versión que aprendimos en aquella lejana infancia: “¡¡¡es la hora, es la hora… de matar a Hussein, de cortarle las pelotas y jugar al futbolín… ILARI-LARI-LARILÉ…OH, OH, OH!!!”.

 

            *Ahora que nuestro nuevo alcalde ha optado por ceder el lanzamiento del txupinazo a celebridades históricas de Pamplona, tal vez debería acordarse algún año del gran grupo musical Seguridad Social…. ¿alguien osa a imaginar un 6 de Julio sin su Chiquilla o su Comerranas? O mejor dicho, sin su “y yo la mirooooooo….y ella no…me dice naaaadaaa” o su “piropop, piropop, piropop, piropop, piropopoipoipoy”.

 

            *Y cuando parece que la fiesta decae, entonces aparece como una exhalación, como un vendaval capaz de arrasarlo todo, esa canción de la que todos podemos presumir de conocer su letra de cabo a rabo… principalmente porque toda la canción consiste en repetir el estribillo una y otra vez, y el estribillo es básicamente el título de la canción. Sí, es la que está pensando, querido lector, “Al ritmoooo, al ritmo de la nocheeeeeee”.

 

            *Y entre melodía y melodía, entre pote y pote, el mozo navarro envalentonado que antes bailaba la conga al son de Xuxa, decide dar un paso más y bailar agarradicos –si Escrivá levantara la cabeza…–, y ahí aparece el Patrón, echándole el capotico a su fiel pamplonica, haciendo que suene a todo trapo “desde que meeee dejaste, la ventanita del amor se me cerróóóó”. Y ahí lo tenemos, a nuestro vigoroso paisano cortejando a la siempre difícil mujer navarra, parafraseando el estribillo mientras la coge por la cintura con una mano y con la otra coge la de la chica, como si no hubiera un mañana… y como si ella no estuviera mirando a sus amigas implorando ayuda, auxilio, libradme de este baboso, que le huele el aliento a croqueta y ginebra al mismo tiempo…

 

            *Y entonces es cuando cambian las tornas, y quienes echan el capotico son Thelma y Louise, desde allá donde se encuentren, a la chica de la mirada imploradora, y se encargan de que en ese preciso instante el bar entero se venga arriba al grito reivindicativo de “¡¡Lega-legalización, cannabis, de calidá y barato!!”. Así es como se produce una orgía de saltos, empujones y demás, que hacen que nuestra entrañable pareja foral se separe y que nuestra navarrica –Amaia, por ejemplo­– en una especie de suspiro en plan “Ésta es la mía” huya con sus amigas y se ponga en medio de todas, por si acaso a Javier –así, por decir un nombre– le da por contraatacar.

 

            *Pero no, Javier ya ha quemado todos sus cartuchos con la canción de La Ventanita y accede a retomar el pimple enfilando la siempre fiable senda hacia la barra. Y aquí, todo se le vuelve a poner a su favor, porque es cuando sonará un año más las infumables canciones de las Flores con su “Sarandonga” y su “¡¡Marcha, marcha!!”. Momento ideal para ir a la barra, al baño, afuera del bar a tomar el aire o para comentarle a Amaia que tu amigo es un poco brasas, pero que es muy buen chaval, y tal….

 

            *Tan buen chaval, tan buen chaval, que seguro que a Javier no le importa que su amigo Mikel –menudo baño de foralidad… ni las cadenas son más navarras que este artículo– empiece a cortejar a Amaia, al son de “Me gustas mucho”, mientras todo el bar agudiza la voz para hacer los coros con un “¡¡Uuuh, uuuh, uuuuuuh!!”... “me gustas mucho, tú…uuuh, uuuuh, uuuuuh”…

 

            *Todo un expertillo en la materia, Mikel, que no sabe que ese halo de magia y encanto con el que tiene embriagado a Amaia se romperá de cuajo cuando el Drogas aparezca y nuestra navarra vuelva con sus amigas para gritar “¡¡Estás asustado!!, ¡¡tu vida va en ello!!, ¡¡pero alguien debe tirar del gatillo!!” Lo siento, Mikel, nada se resiste al mito de Barricada…

 

            *Ni Javier ni Mikel conquistan a nuestra Blanca de Navarra particular, y encima ahora no se quieren ni mirar… pero para eso existieron Kojón Prieto y los Huajalotes, para ensalzar y fortalecer la amistad varonil, así como su reconciliación con un simple “Venga, joder, no nos vamos a enfadar por una tía que ni siquiera conocemos, ¿no?”. Ninguno de los dos se cree esa pamplina de frase, y Javier jamás se lo perdonará a Mikel pero es que, no se puede estar a malas con un amigo cuando el deber te llama a cantar con él, y con toda tu alma “¡¡Insumisióóóón, insumisióóoóón, la juerga me gusta mogollóóóóón!!”.

 

            Con mis mejores deseos de que los miles de lectores de este blog puedan seguir emocionándose cada vez que oyen estas canciones vestidos de blanco…
 
¡¡¡FELICES FIESTAS!!!
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!! / GORA SAN FERMÍN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!

 

                       

               Charly Azanza

 

 

¡¡¡VIVA SAN FERMÍN MANQUE LLUEVA!!!

04.07.2014 13:30

 

          

          Se acerca la fecha, y este año el destino parece querer jugarnos una mala pasada… y pasada por agua, válgame la redundancia. Las predicciones indican que ni siquiera el capotico del Patrón nos librará del mal tiempo en los primeros días de nuestras amadas fiestas. Pues bien, queridos lectores, sin querer caer en el dicho absurdo de A mal tiempo, buena cara, que sólo sirve para enojar más al personal, paso a detallaros con sumo placer una lista de ventajas que nos ofrecen las inclemencias meteorológicas en Sanfermines:

 

  • La afluencia de visitantes cae de forma significativa, por lo que transitar por las calles del Casco Antiguo es bastante más llevadero sin tener que meter los codos a lo Tassotti, pisar o ser pisado a lo Simeone, mojar ni ser mojado.
  • Los vendedores ambulantes se dedicarán a la venta de paraguas y chubasqueros, en vez de megáfonos o aparatos giratorios y luminosos que se lanzan al aire para luego caer como proyectiles, haciendo peligrar la vida de borrachos honrados como tú, que sólo quieres cocerte pacíficamente, sin el miedo de que un extraño objeto te alcance desde las alturas.
  • Cuando vayas andando o corriendo y pises un charco y te salpique a la zapatilla, tendrás la tranquilidad y la certeza de que eso que empapa tu pie es sólo agua…
  • Cuando salgas de casa y compruebes horrorizado que caen chuzos de punta, a partir de ahí, ya todo tendrá que ir a mejor sí o sí… Y cuando te encuentres en un bar con el cuarto cubata en la mano, bailando embargado por la desinhibición el último temazo de Enrique Iglesias, ahí fuera ya podrá devastarlo todo un tornado, que a ti lo único que te importará será “estar contigo, vivir contigo, bailar contigo, tener contigo una nooooooche looooooca, ¡ay!, besar tu booooooca…”.
  • La corrida de toros, de no ser suspendida, se verá con la comodidad y los lujos de Sombra habiendo pagado una quinta parte: tendrás espacio de sobra para estar sentado holgadamente, ordenar tu bebida y preparar tu merienda, nadie tirará bebida y no estarás con el sol de cara.
  • En caso de ser suspendida, tendrás por delante toda una tarde para ir de bar en bar sin necesidad de pagar 6€ por cubata ni esperar un cuarto de hora para que te lo sirvan –ya llevarás bebida, vasos y hielos– y sin pagar 5€ por un bokata elaborado con un pan que parece un bollo y un lomo adobado que parece mortadela –ya tendrás en tu haber una merienda casera y barata–.
  • Las melenas empapadas, las camisetas chirriadas que se pegarán a los pechos de unas y a los torsos de otros, las gotas de agua que descenderán desde el flequillo, pasando por la nariz, hasta la comisura de los labios y el vaho que se formará en las lunas de los bares dándoles el erotismo de una sauna hará que el apetito sexual se multiplique por 100x –siendo x el número de potes ingeridos–. Hablando en plata: pillar será más fácil, que es el objetivo prioritario de todo sanferminero soltero independientemente de su sexo, por más que nos autoengañemos hablando de beber, comer, bailar, etc…
  • Podrás pasear por nuestras zonas verdes sin parecer un concursante del Gran Prix de Villarrobledo de los Pinares sorteando gente dormida en sacos de dormir, tiendas de campaña, mochilas y demás.
  • Podrá ser que se suspendan los Gigantes pero, padres sanfermineros, seamos francos: cuando decimos “Voy con los peques a los Gigantes”, ¿nos estamos refiriendo a llevar a nuestros niños a que disfruten con éstos o nuestro verdadero objetivo es vermutear antes, durante y después de que pasen? Pues bien, por mucho que llueva, los bares no dejarán de servir vermuts, fritos y rabas.
  • La delicada piel de cabra de los djembés no puede estar en contacto con el agua, con lo cual, te toparás con varias batucadas al día que te animarán y darán ritmo a las calles, pero no con veintisiete cada minuto, que no hacen sino martillear tus tímpanos y tu cabeza al unísono.  
  • Vendrán bastantes menos carteristas y para los que vengan, su ruin labor será más difícil dada la no-aglomeración de las calles. Asimismo, las probabilidades de que resbalen y caigan cuando salgan corriendo al ser delatados se verán aumentadas, facilitando el trabajo de sus perseguidores, que lo tendrán fácil para intercambiar impresiones con ellos y darles un correctivo tirón de orejas.
  • Los encierros no estarán tan masificados y en caso de tapón en el callejón, nuestra eficaz policía autónoma se quedará sin argumentos con que justificar su negligencia e ineptitud.
  • Ningún bebé llorará aterrado, ningún perro ladrará compulsivamente estando sólo en el piso de sus dueños y ningún currante que madrugue al día siguiente se despertará sobresaltado a las once de la noche porque los fuegos artificiales se suspenderán.
  • Esto hará que el precio de la noria sea el mismo a esa hora que a cualquier otra. Además, hacer cola en la noria será menos apetecible, por lo que ésta será más corta y se parecerá más a lo que realmente es: la espera para una atracción de feria ambulante y no para una foto con Jennifer Aniston o Patxi Puñal.
 
            Con lluvia o sin ella, con frío o con calor, con Jennifer Aniston o con Patxi Puñal, con paraguas, con piraguas y con las camisetas mojadas…
 
¡¡¡VIVA SAN FERMÍN!!! GORA SAN FERMÍN!!!
¡¡¡YA FALTA MENOS!!!
 

                            

          Charly Azanza

 

 

 

 

 

SER PADRE

06.01.2014 13:14

 

              

            Son muchas las formas o definiciones con que se define ser padre en la sociedad de hoy en día. La más clara, concisa, objetiva e indiscutible es, como no podía ser de otra manera, la que nos ofrece como primera opción el diccionario de la RAE: Varón o macho que ha engendrado.
 
            Luego está lo que nos ofrece San Google en su infinita inmensidad y sabiduría, el cual, tecleando estas dos palabras, “ser padre”, las primeras opciones que muestra son “…a los 50”, “…soltero”, “…a los 40”, “…soltero en España”. Este hecho tan aparentemente anecdótico nos enseña que en la paternidad, como en la vida en general, siempre verás a alguien peor que tú –o, en este caso, con mayores preocupaciones–.
 
            Y si ya escribimos en dicho buscador la frase “ser padre es”, como cuarta opción nos aparece “…lo más hermoso”. Ahí lo tienen, una de esas definiciones superlativas, absolutas, plenas –en la línea de “lo más bonito que me ha pasado en la vida”, etc. –, que tanto se oye hoy en día para definir este estado vitalicio que afecta a todo macho o varón que ha engendrado.
 
            Y que ningún lector me malinterprete ­­–en especial una lectora–, que el que escribe estas líneas no desmiente esas frases tan cargadas de lírica y pasión. Pero, así como es muy cierto que la vida es ese conjunto de pequeñas cosas y detalles que te van ocurriendo, la paternidad también es perfectamente descriptible como un conjunto de numerosos pequeños cambios o anécdotas que suceden una vez que engendras. Y así:

 

  • Ser padre es comprobar desde el embarazo de la que va a ser madre, que existen desconciertos mayores que los que sufre un pulpo en un garaje, y es el que padece un padre en una consulta de ginecología o en el edificio de Maternidad: molesta a la ginecóloga con sus preguntas absurdas, a la enfermera entorpeciendo su camino hacia el gotero, a la auxiliar cuando trae la comida, al celador cuando va a trasladar a la encinta a otra sala, a la señora de la limpieza e incluso, al que va a reponer las latas de la máquina, ­­–porque justo es él, el futuro padre, quien está en ese momento echándole monedas de 10 céntimos, “¡Clinch!, ¡Clinch!, ¡Clinch!”, mientras el colegui del Autobar, que tiene que ir a reponer en diez sitios más, le mira con cara de estar pensando “Más vale que seas mejor con los pañales que sacándote un botellín de agua…”, y el apurado futuro engendrador, le devuelve otra mirada que expresa de forma implícita: “Créeme, he pasado 15 años de mi vida sacándome cubatas en bares y discoteques con el doble de personas dentro de las que permitía el aforo máximo legal, y he tardado bastante menos… serán los nervios de padre primerizo”.
 
  • Ser padre es levantarte a las seis y veinte de la mañana para entrar a trabajar a las ocho, viviendo a menos de quince minutos del trabajo.
 
  • Ser padre es sorprenderte haciendo eso que nunca entendiste que lo hiciera tu padre con tanta facilidad: dormirte en el sofá, nada más terminarte la cena, a eso de las diez y media, cuando la película no ha hecho más que empezar. Y hacerlo así, tan naturalmente, dejándote embriagar fundido, rendido, por un sueño profundo, y simplemente apoyando una oreja sobre el hombro del mismo lado.
 
  • Ser padre es sorprenderte, asimismo, al recordarte a tu madre sentándote a las diez de la noche en el sofá cualquier día de la semana y suspirando un sentido, profundo y largo ¡¡Aaaaaaayyyyyyyy!!, en el cual parece que te vas a desinflar hasta desaparecer. Tras volver a inspirar aire para esos pulmones que acabas de vaciar, maldices tu suerte y exclamas en forma de condena esa injusticia que tanto oíste decir a tu engendradora: “No puede ser… la hora que es y es la primera vez que me siento en todo el día”.
 
  • Ser padre es volver a utilizar las villavesas, esas que, desde que te sacaste el carnet de conducir las considerabas sólo aptas para jubilados y menores de edad y creías que jamás volverías a montar en una, a menos que la cantidad de alcohol ingerida te impidiera coger tu coche.
 
  • Ser padre es descubrir, viajando con tu niña en una de éstas, una gran facilidad y soltura a la hora de hablar con alguna pasajera que cargue con algún otro retoño. En efecto, ironías de la vida, aquellas mismas que unos pocos años antes jamás habrían permitido ni que les preguntaras la hora, a día de hoy incluso son ellas las que rompen el hielo con el característico “¿Qué tiempo tiene?”, seguido de un “Gerardito, mira qué nena tan guapa”. Así que tú, desde tu estatus de macho engendrador, te limitas a contestar cortésmente “21 meses” y a reflexionar que pocos años antes, de haber sabido que le iba a llamar Gerardito a su futuro nene, ni te habrías molestado en abordarla por el flanco derecho preguntándole la hora.
 
  • Ser padre es tener la sensación de que cualquier mujer viandante mayor de 45 ó 50 años es, de repente, tu madre, suegra o tía y se permite el lujo de   acercarse y explicarte de qué forma tienes que darle el biberón a tu recién nacida o qué le ocurre cuando llora. Sería interesante hacer una especie de experimento sociológico, y desde tu naturaleza de varón ­­–independientemente, en este caso, de que seas engendrador o no­­–, indicarle a una de estas señoras cómo tienen que proceder mientras aparcan su coche, maniobra va, maniobra viene, aferradas al embrague cual txikitero a su txikito y cronometrar, desde que terminas tus indicaciones, las décimas de segundo que transcurren hasta que la señora en cuestión te catalogue como un machista.  
 
  • Ser padre es esperar en el paso de peatones, antes de poner una rueda de la silleta con tu niña en éste, a que el conductor del coche que se acerca detenga su vehículo completamente… y para estar más seguros, a que lo ponga en punto muerto, eche el freno de mano, apague el motor y se trague la llave. Eso sí, en cuanto salgas a la calle sin tu descendiente al que has de dar lecciones ejemplares de educación vial, volverás a ser ese peatón temerario que cruza los pasos de cebra sin esperar a que el coche se detenga del todo o, inclusive, los señalizados mediante semáforo estando éste en rojo, con un coche llegando a doscientos metros. 
 
  • Ser padre es encontrarse la mañana del 1 de Enero, a eso de las once, viendo el concierto de Año Nuevo mientras piensas que “estos cabrones lo justo estarán yendo ahora a almorzar”. De modo que alivias tu nostalgia de años pasados que nunca volverán, vislumbrando el disfrute gastronómico que te aguarda a pocas horas en la Comida de Año Nuevo. Y sonríes, malévolo, acertando a deducir que “no saben lo que se pierden por haber salido ayer… ¡¡que se jodan!!”. Y es que, el que no se consuela es porque no quiere, pareces ignorar, mientras sigues el ritmo de la Marcha Radetzky1“Parabám - Parabám - Parabám - Pam - Pam…”–, meneando levemente y al unísono la cabeza, el mando de la tele y el pie derecho, que calza la zapatilla de casa que aún te sigue comprando la mujer que te engendró. “¿Quién sabe?, –concluyes iluso– tal vez el año que viene me pueda dar una vueltica y así comenzar el año bailando algo más movido que la Marcha Radetzky”.
 
  • Ser padre es toparte con aquella pamplonuda que, pese a conocida, jamás se paró a hablar contigo, y observar anonadado que se detiene a hacerlo y a hacerle carantoñas a tu nena, explicándote “Pues sí, ya me habían contado éstas que habías sido padre… ¡¡qué bien!!, ¿no?”. Y remata la faena informando de que “Mi prima Marta, sabes quién, ¿no?, también ha tenido un nene y le ha llamado Gerardito…”. Ya sabías tú, que de algo te sonaba la hembra engendradora de la villavesa…
 
  • Ser padre es convertirte en un varón o macho, además de engendrador, práctico, haciendo en un día los recados que antes solías hacer en tres –pese a que la mujer engendradora de la casa enseguida te recordará que te has dejado aún alguno sin hacer–.
 
  • Ser padre es seguir dándolo todo las veces que toca salir de juerga, como si nunca hubieras engendrado y tan sólo fueses un varón o macho a secas.
 
  • Ser padre es sustituir una noche de juerga con tus amigos por un vermut, un frito de pimiento y unas rabas con estos mismos; una buena cena en algún restaurante un Viernes noche con tu novia por una buena cena en casa con tu señora –pizza precocinada Ristorante y una buena cerveza fría, hamburguesa con panceta y queso, acompañado de una buena cerveza fría o huevos fritos con Sanjacobo, pimientos y patatas, regados por una buena cerveza fría–; un fin de semana íntimo-romántico por una tarde-noche de cine, pincho, una buena cerveza fría y a casa; una noche de Juevintxo por un capítulo de la XV temporada de Cuéntame, en el que descubres que han alcanzado tu año de nacimiento, que el pequeño y pícaro Carlitos ya es todo un hombre de 22 años que tiene un bar, que la dulce Karina, amiguita y novieta de la infancia de éste, ya es toda una mujer más que atractiva, y ahora es su amiga con derecho a roce –eso sí, éste roce siempre con amor– y que Toni sigue siendo igual de pedante y repulsivo con 35 años a como lo era con 20.
 
  • Ser padre es sentirte engañado y traicionado con la marca de detergente Wipp Express y su publicidad engañosa tan anunciada hace 25 años, ya que lo de que “El frotar se va a acabar”2 era una gran mentira. Y lo puedes comprobar cada vez que haces una colada con ropa de tu niña, y tienes que frotar previamente restos de comida de sus chaquetas y camisetas, así como restos más desagradables de sus bodies y pantalones.
 
  • Ser padre es descubrir a esos grandes desconocidos, los Sanfermines Matinales, y decir Ir a los Gigantes cuando en realidad quieres decir Echar un vermut y unas rabas –evento sustituto de una gran juerga, como hemos visto antes–.
 
  • Ser padre es convertirte en ginecólogo durante nueve meses contando dichos meses en semanas y hablando de toxoplasmosis, cuello del útero, preclansia, Cariban, contracciones, líquido amniótico, dilatación del cuello, epidural, estreptococo, peso del feto, etc., matando de aburrimiento a tus amigos y compañeros de trabajo que se plantean, cada vez que se interesan por el estado de tu señora, no volver a hacerlo nunca jamás.
 
        Ya lo ve, querido lector macho o varón que se plantea engendrar. Piénseselo bien, porque todas estas cosas y muchas más que seguramente me deje en el tintero, son lo que realmente significa SER PADRE.

 

      

       Charly Azanza

     

 

    Superíndices:

 

  1. La marcha Radetzky, esa gran canción con que año tras año se cierra el concierto de Año Nuevo: 

 

https://www.youtube.com/watch?v=P9A0cWAm70Q

 

  1. El emblemático anuncio de Wipp Express (o mejor dicho, “Vip Expréééééééésss”…) que durante finales de los 80 y principios de los 90 nos engañaron con su repetidísimo lema El frotar se va a acabar. Resulta curioso ver cómo hemos cambiado como sociedad, por lo menos en lo que a fachada se refiere: imagínense ahora un anuncio así, un hombre apremiando a su mujer para que le lave la camisa, porque la necesita para esa noche y ésta, ojerosa y desaliñada suspirando al cielo que está “harta de tanto frotar”… 

 

https://www.youtube.com/watch?v=yXWQEXSN2LQ

CARRILLO Y LOS FALSOS HÉROES DE NUESTRO RÉGIMEN

04.10.2013 17:39

 

           

Pobres los pueblos que necesitan héroes.
 
    Bertolt Bercht.
 
 
 
            Recuerdo cuando mi madre me solía contar, que cuando ella era niña –en plena posguerra–, cada Primero de Octubre –aniversario del nombramiento de Franco como Jefe del Estado– la maestra les llevaba a todas las niñas de clase al monolito del pueblo erigido A los que dieron su vida por Dios y por España, y todas, junto con el resto de niños y maestros del pueblo, cantaban el Cara al Sol, con la mano levantada –como medio siglo después repetirían muchas canciones del verano de estribillo facilón y pegadizo–.    
 
            “Eran años de Régimen”, terminaba diciendo. Y yo, trataba de imaginar cómo fueron aquellos años de Régimen
 
            Puede que influya que cuando dejas de ser niño ya no tienes tanta imaginación, pero lo que está claro es que tampoco la necesito para suponer un régimen en el que se idolatre y ensalce a quienes lo instauraron, a los Salvadores de la Patria… ¿O es necesaria dicha imaginación para oír cómo se aclama a nuestros Padres de la Democracia: Suárez, Juáncar I «El  campechano», Felipe González –pese a que su reputación acabara devaluada tras los escándalos de sus últimos años en el poder, se le sigue considerando uno de los padres de la conciliación nacional– Carrillo, etc?
 
            Hagamos hincapié en este último personaje, un icono de la Historia española del siglo XX, tan laureado tras su muerte hace ahora un año, “una persona fundamental para la democracia”, tanto para Juáncar I «El  campechano» –autor de estas palabras1– como para gran parte de nuestra casta política –incluido Rajoy, ese gran defensor de la democracia que tenemos por presidente–.
 
            ¿Fue realmente un hombre tan magnífico, honrado y conciliador como lo pinta nuestro régimen y el poder mediático dominado por éste o por el contrario fue un presunto homicida durante la Guerra Civil, un coleguita de Stalin durante la posguerra, un dictador autoritario dentro del PCE durante el exilio y un traidor a sus principios durante la Transición?
 
            Si comenzamos por la Guerra Civil y por su posible complicidad en los fusilamientos indiscriminados de Paracuellos del Jarama, vemos que nuestro salvapatrias en cuestión, fue nombrado Consejero de Orden Público por la Junta de Defensa de Madrid el 6 de Noviembre de 1936, a sus 21 años, solo un día antes de que comenzaran las evacuaciones de los ocho mil prisioneros de las famosas checas de Madrid.
 
            Hay muchas versiones acerca de lo ocurrido en dichas evacuaciones y ejecuciones, y no hay pruebas concluyentes que inclinen la balanza de la verdad hacia un lado u otro –empezando por el número de víctimas, que oscila entre dos mil y cinco mil–. Ciertamente, no hay ningún documento firmado por Carrillo que demuestre que él ordenara las ejecuciones. Pero lo que está claro es que, como responsable del orden público en Madrid que era, luego no hizo nada por evitar que siguieran dándose dichos hechos hasta al 4 de Diciembre.
 
 
            Pero, por más que indigne a varios de miles de mis lectores, esto no es lo que más me molesta de él. En absoluto. Como él mismo dijo en cierta entrevista cuando se le preguntó por este episodio de la guerra –anteriormente, mandó a Luis del Olmo “al infierno” por preguntarle por esto mismo2–, “en la guerra para vencer al enemigo hay que matarle, hay que tirarle más tiros que él a usted, o tener mejor puntería…”3. Qué quieren que les diga, es una de las cosas más sensatas que he oído por televisión desde la última vez que Ramón García retransmitió las campanadas y explicó lo de los cuartos –“¡Din-don, din-don!… esto todavía son los cuartos, ¡¡no hay que comerse las uvas!!”– aunque, no por ello debió dejar de ser imputado y juzgado en base a la Ley de la Memoria Histórica.
 
            Lo que más me molesta de este gran superviviente del siglo XX es lo acontecido a partir de aquí. Es decir, un líder comunista, que bajo la influencia de Stalin se dedica durante la guerra a perseguir trotskistas –tan comunistas y antifascistas como él–. Durante el exilio, se hace coleguita y discípulo de Stalin, imponiendo el estalinismo dentro de las filas del PCE, y expulsando del mismo a todo el que no siguiera las directrices de éste. Esta medida trajo como consecuencia, que militantes del partido que se jugaron la vida durante la GC y la SGM al servicio del ideal comunista, fueran tachados de “traidores” y no se les diera apoyo mientras cumplían condena en las cárceles franquistas –como Jesús Monzón, uno de los artífices de la invasión del Valle de Arán4–. Dicho de otra forma, imitó a Stalin hasta en las maneras de proceder, considerando enemigo a todo aquel que osara a actuar sin su visto bueno, supervisión y consentimiento.
 
            Décadas después, ablandado por la edad y por la apetencia de un posible asiento en el Congreso de los Diputados, –con su sueldo, sus dietas y su pensión–, a principios de 1977 se cita con Suárez, ese antiguo afiliado a la Falange del Opus Dei en casa de Mario Armero, presidente por aquel entonces de la Europa Press. Y, hay que joderse, descubren que es mucho más lo que les une de lo que les separa, terminan compartiendo pitillos y dándose palmaditas en la espalda, y concluyendo que el ex falangista resultaba ser en realidad un democristiano centrista de toda la vida, mientras que el feroz estalinista perseguidor de trotskistas resultaba ser un Eurocomunista de toda la vida, de esos que rechazan las dictaduras del bloque del Este ­–lo cual está muy bien­­– y termina haciendo reverencias y dando jabón a ese bobalicón elegido a dedo por Franco5 y aceptando una Transición6 planificada y tutelada desde la sombra por la CIA ­–lo cual no está nada bien, y más después de haber sido cómplice de ejecuciones indiscriminadas a monárquicos, y de haber condenado al ostracismo y al olvido a opositores al franquismo, tras jugarse el pellejo luchando contra éste, mientras él se echaba unos vodkas con Stalin y la Pasionaria en Moscú, lejos de los fusiles y cuarteles de la Benemérita­–.
 
            Porque no sólo la Historia se repite, sino que el predominio de la versión que sobre ésta tiene el Régimen político vigente, también. Y de ésta forma, si en la posguerra la maquinaria mediática del Régimen franquista trabajó duro para que las figuras de Franco, Primo de Rivera, Mola y todos los nacionales en general fuesen ensalzadas y endiosadas, no menos duro trabajan ahora los medios oficiales del Régimen de Juáncar I y su Santa Carta Magna de 1978 para convertir en héroes a los que hicieron posible la implantación de dicho régimen, como la del Señor Carrillo, fallecido ahora hace exactamente un año.
 
            Y la evidencia de esta similitud sigue existiendo… por más que nuestro actual Régimen nos permita votar. 
             
 
            

         Charly Azanza

      
 
 
           

            Superíndices:

 

  1. Su Alteza Real Don Juan Carlos I ( es decir, el heredero de Franco, el fraticida que mató a su hermano de un disparo y nunca fue juzgado, el cómplice del 23F, el adúltero compulsivo) hace las siguientes declaraciones sobre Carrillo tras la muerte de éste:

                https://politica.elpais.com/politica/2012/09/18/actualidad/1347991071_061638.html

 

  1. Entrevista radiofónica de Luis del Olmo a Carrillo donde éste último manda al infierno al primero:

https://www.youtube.com/watch?v=VRVb5uixjkk

  1. Jordi Évole entrevista a Santiago Carrillo en su programa Salvados y le pregunta sobre los sucesos de Paracuellos del Jarama (11’ 25”):

www.elperiodico.com/es/videos/politica/santiago-carrillo-salvados/2054586.shtml

  1. Documental sobre Jesús Monzón, quien combatió con los comunistas durante la GC, se enroló con los maquis en la posguerra liderando la invasión del Vallé de Arán para posteriormente, ser encarcelado por el franquismo y a su vez expulsado del PCE por Carrillo:

https://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-jesus-monzon-lider-olvidado-historia/1492757/

  1. Carrillo felicitando al rey su cumpleaños para TVE:

https://www.youtube.com/watch?v=ofI7u80CCyI

  1. Rueda de prensa de Carrillo tras la legalización del PCE:

 

                www.youtube.com/watch?v=-O5vDG8eAzo&feature=related#t=1m13s

 

                Suárez anunciando la legalización del PCE:

 

                https://www.youtube.com/watch?v=2Igp_aA6YNo

 

SENSACIONES SANFERMINERAS

04.10.2013 17:38

 

       

            Se acerca el día1 y a su vez te abordan esas sensaciones que pese a ser las mismas año tras año, no dejan de repetirse.
            Se repite el nerviosismo de estos días previos causado por las prisas de los recados de última hora –“Tengo que comprar pantalones que los de hace dos años ya no me entran”–y las conversaciones con viejos conocidos que te encuentras por las calles del Casco Antiguo: “–¿Y tú qué plan?”, preguntas tras explicarle tu programa de fiestas particular –el de todos los años, sin ir más lejos–, “–Yo bien, estoy el 6 y el 7 aquí y luego me voy a Tailandia y a las Maldivas quince días”… y tras despedirte piensas que ese tío está loco, que en qué cabeza cabe irse a un auténtico paraíso terrenal con todos los lujos habidos y por haber, teniendo la opción de quedarte aquí a beber cubatas a seis euros en vaso de plástico, degustar exquisitos platos de alta cocina, Huevos-Txistorra-Lomo-Patatas, y pasear por tu amada Pamplona perfumada con sus mejores aromas, tan característicos en estas fechas… “Definitivamente, la gente está loca, más vale que quedamos algunos cuerdos en la ciudad”, vas pensando mientras dicho nerviosismo sigue bullendo al ver las barracas, los tablados del encierro y demás enseres de la fiesta ya presentes por las calles desde hace semanas…
            Llegada la noche anterior, preparas la camiseta, el pantalón, el pañuelico, la faja y ese par de zapatillas que en su día compraste para fardar siendo el más chulo y elegante del lugar y a las que ahora vas a dar sus últimos nueve días de uso. Tras hacer todo esto con la misma ilusión que cuando dejabas tus zapatos de niño la noche de Reyes, te metes en la cama y pones el despertador a las ocho pensando lo mismo que todos los años “No sé para qué me pongo el despertador si para las seis voy a estar despierto…”.
            Y dicho y hecho, para las seis ya estás despierto y totalmente desvelado y, por más que lo intentes ya no te vas a dormir… Una vez en la calle, se te pone un año más ese nudo en el estómago mientras piensas que no puede ser que haya pasado ya un año desde la última vez que salías de casa blanco impoluto con el pañuelo en la muñeca. 
            Degustas el plato de alta cocina antes mencionado y entras a la Plaza Consistorial, “abarrotáa”, como decía el Dúo Sacapuntas, para sufrir un calvario hasta el momento en que una mar de pañuelos rojos se alza sobre tu cabeza dejando algunos huecos a través de los cuales, sigues la estela del chupinazo para verlo explotar majestuoso, y con él la fiesta, el júbilo, la euforia desmedida
            Y a partir de ahí todo es caos… y más cuando entras a los bares y escuchas y bailas entusiasmado esas viejas canciones de hace veinte años o más que ya tienen el honroso distintivo de Típicas del día 6, a la vez que cantas a grito pelao su estribillo: “¡¡Vaya, vaya, aquí no hay playa!!”, “¡¡Lega-legalización!!, cannabis de calidá y barato”, “¡¡Y-lari-lari-lé!!¡¡Oh-oh-oh!!”, “Comerranas, piró-po-piró-po-piró-po”… Entre canción y canción, cubata y cubata –sea bebido o derramado– vas fundiéndote en abrazos con amigos y conocidos que te vas encontrando ­incluido el pirao este de las Maldivas y otros tantos locos de “a Cambrils”, “a Ibiza” o “al pueblo”… los ejemplares de esta última especie ya no es que estén locos, sino que son gente muy pero que muy peligrosa. Al cabo de unas horas, incluso acabas dándote abrazos con algún desconocido.
            Y así llega el día del Patrón, y vas a honrarlo como merece a la Plaza del Consejo, donde le cantan la jota en la procesión y la emoción te embarga a la vez que la incredulidad de verte con la carne de gallina por haber escuchado una jota a un Santo aunque tal vez toda esta emoción emerja de que acabas de ver tu vida en peligro cuando a una señora de setenta y cuatro años le ha dado la impresión de que le querías quitar el sitio.
            Y a la tarde, sacas fuerzas de flaqueza y armas a tu estómago de valor mientras piensas “Joder, y eso que sólo es día 7” – para ir a los toros y sentir un escalofrío cuando salen los caballos al ruedo y todo Sol canta con las manos en alto, al unísono, la canción de Eurovisión y no me refiero a la del Chiki-Chiki ni a la de Europe’s living a celebration…­–. Pero cierto es, que ese escalofrío puede haber sido causado por tus primeros tragos al cubata después de un intenso día 6.
            Luego llegan las noches, con sus canciones del verano, con su Bisbal, su Shakira, su Paulina, su King África y con la revelación estival del año para, después de varios cubatas, a mitad de la noche, sentirte hambriento y saber que necesitas comerte un bocadillo en ese preciso instante o morirás en menos de un cuarto de hora. Por suerte, para esto las calles de lo viejo están repletas de chiringuitos improvisados en los que te hacen un bocata en menos de tres minutos a la vez que piensas a ver desde cuándo en ese bajo de la Calle San Gregorio, Estafeta, San Nicolás o Jarauta hacen bocatas…. ¡¡qué curioso!!, con la de veces que pasas por ahí durante el año y no haberte fijado nunca…  
            Y así se van pasando los días, quemando neuronas, dinero, y ganando kilos hasta que llega el 14. Y en éste, entre la emotiva despedida de la plaza de toros y el Pobre de mí, comienzas a sentirte por un lado aliviado, porque por fin vas a dejar de beber y vas a poder dormir un mínimo de horas al día y por otro lado, abatido, porque sin darte cuenta ha llegado ese día en el que no quieres pensar que existe, pero que sabes que llega en un plis plas y entonces, sólo te queda pensar en que YA FALTA MENOS para los Sanfermines del año que viene…
 
          

      Charly Azanza

    

 

            1) En este preciso instante, falta para Sanfermines… https://www.yafaltamenos.com/

 

CARTA A LA DIPUTADA PATRICIA HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ

04.10.2013 17:36

 

   

            Estimada Patricia:
            Soy uno de los innumerables jóvenes españoles que te han conocido en las últimas semanas a través de unos vídeos que circulan por las redes sociales1 en los cuales sacas los colores con una oratoria arrolladora a la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
 
            He de admitir que he visto los vídeos varias veces, así como otros vídeos de intervenciones tuyas en el Congreso igual de brillantes que las de los otros. Sí. Los he visto repetidos con el mismo gusto con el que veo repetida una jugada de Messi, el gol del ascenso de Osasuna en el año 2000, el gol de Iniesta en la final del Mundial o el de los tartazos a Yolanda Barcina en Toulouse. Un gusto derivado de un sentimiento esperanzador, al ver una joven de tan sólo 33 años de edad, hablando en el Congreso con ese carisma que se quedó en los políticos de la llamada Transición, con ese tono tan enérgico pero a su vez marcado por un acento tan agradable y cálido como lo es el acento canario, que tanto gusta y encandila aquí en el norte.
 
            Porque, no nos engañemos, lo que ha hecho que este vídeo se haya difundido de esta forma, no es el contenido de tu discurso –intachable, por supuesto– sino el carácter que infundes en él, pronunciándolo mientras clavas tus ojos en los de la ministra fijamente, sin pestañear, señalándola –aunque sea de mala educación y, tal vez por eso mismo ningún otro político de la cámara se atreva a hacerlo– mientras la culpas de sus mentiras en el programa electoral y del aumento de las cifras del paro.
 
            Ahora bien: en política, y más aún, entre los políticos siempre hay algo turbio, o gato encerrado. Porque a mí no me cuadra, que una joven que transmite en sus palabras unas ganas semejantes de cambiar las cosas, de poner contra las cuerdas al poder y de representar el clamor de una sociedad harta de injusticias y de burlas por parte de sus gobernantes, pueda militar en el partido en que usted milita. ­Hasta este punto de la carta, la he tuteado porque me dirigía a usted como quien se dirige a una chica de su edad, con quien compartes inquietudes, ilusiones y puntos de vista. Pero a partir de ahora me dirigiré a usted de usted, válgame la redundancia, ya que ahora le hablo de ciudadano a diputada, no de igual a igual.
 
            Parece usted una mujer inteligente, por lo que supongo que sin que yo se lo explique, sabrá que su partido, el PSOE, es en lo fundamental prácticamente igual al partido del actual gobierno al que usted tanto ataca: fue ZP, ese pusilánime con trazas de corderito degollado, quien promulgó una reforma laboral en 2010 a través de un decretazo, quien modificó de un plumazo la intocable y sagrada Constitución atendiendo a las restricciones del déficit impuestas por Europa, quien subió la donación estatal a la Iglesia de un 0.5% a un 0.7% de lo recaudado en el IRPF, independientemente de cuántos españoles hayan marcado su casilla en la declaración, quien se posicionaba en contra de la dación en pago, quien se puso la medalla de antibelicista sacando las tropas de Irak para seguir tirando más de un millón de Euros al día en mantenerlas en Afaganistán… ¿Es esto ser de izquierdas, Sra. Hernández? –insisto, ahora no le hablo a una joven llamada Patricia sino a una diputada del PSOE–. Seguir llamando Izquierda al PSOE es como seguir llamando Demócrata al partido fundado por Fraga, Periodista a Mercedes Milá o Madre Coraje a una cocainómana que se pega la vida de fiesta en fiesta mientras otros cuidan de su hija.
 
            Además de inteligente, usted parece valiente cuando se la ve hablar, por lo que le voy a dar un voto de confianza y, tal vez sea un iluso, voy a pensar que usted está ahí porque quiere cambiar el partido desde dentro, darle un giro e intentar convertirlo en el partido de los trabajadores y de los ciudadanos de a pie. Tal vez lo que quiere es lo mismo que aparenta intentar hacer la líder de las Juventudes de su partido, Beatriz Talegón, sólo que ésta, especulando con que “detrás del 15M podría estar la derecha”2  dejó claro que su idea de democracia es la misma que la que tienen la mayoría de miembros de su partido y del PP: Votar cada cuatro años a los partidos que se reparten el pastel desde la Transición, y punto. Y todo lo demás, es ser un anti-sistema, un vándalo, un pro-etarra y, en definitiva, un tío tan malo como el malo del inspector Gadget ­–usted que es de mi generación lo recordará, con esa voz tan tenebrosa, siempre de negro, sin mostrar la cara y acariciando a su gato mientras se ríe con su carcajada maquiavélica–.

 

            Si es así, le deseo mucha suerte, pero tenga mucho cuidado y tenga, también, muy presente dos dichos: Dime con quién vas y te diré quién eres y Se pega todo menos la hermosura. Sobre todo el segundo ya que, además de la seguridad de saber que no se le va pegar la hermosura de Rubalcaba, ha de andarse con cautela de no terminar siendo uno de ellos, sus compañeros de partido, vistiendo lujosos vestidos, usando coches oficiales para ir a la peluquería y cediendo a los lobbies y haciendo chanchullos con grandes empresas a cambio de futuros puestos en sus direcciones –vaya y pregúntele a Felipe González  por ese “currillo” que tiene en Gas Natural–. Y por mucha precaución que tenga, el partido aprovechará su tirón y su carisma para hacerla subir escalafones y, en definitiva, explotar su imagen para ganar votos.
 
            Y me despido deseándote suerte –te vuelvo a tutear–, confiando en tus buenas intenciones, tras ver en tu página de FB que consultas a la gente qué quieren que preguntes o digas cuando te toque hablar en la próxima Sesión de Control en el Congreso. Hasta el momento, dejas claro que por lo menos en esto –escuchar al pueblo– ya te desmarcas del resto de tus compañeros.
 
            Lo dicho… ¡¡Suerte, estimada Patricia!!
                     

        Charly Azanza

      

           

               

  1. Vídeos de Patricia Hernández en Sesión de Control en el Congreso de los Diputados

https://www.youtube.com/watch?v=jua834nSyWM

https://www.youtube.com/watch?v=W1HS2wn38HA

 

  1. Entrevista radiofónica a Beatriz Talegón en la que hace sus “brillantes” declaraciones: 

https://www.youtube.com/watch?v=GReUWYrsaFk

          

PAMPLONICAS NACIDOS EN LOS 80

04.10.2013 17:33

 

           Ya está aquí la versión Pamplona de ese e-mail que todos hemos recibido alguna vez sobre los nacidos en la gloriosa década de Naranjito, los goles de Maradona contra Inglaterra, la movida madrileña, el golpe de Estado frustrado de Tejero, Perico Delgado, Felipe González, las tetas de Sabrina y la boda del Orejas y Leididí.
 
            Hay cosas que hicimos los de nuestras generaciones de pamplonicas que nos marca, nos distingue, nos une y, en ocasiones, nos divide.
 
            Nos montamos en El Castillo del Terror cuando tan sólo costaba 100 pesetas el viaje, en la noria cuando sus chocolateras no estaban cerradas a cal y canto con verjas y corrimos el Torico de Fuego cuando esto se hacía con el riesgo añadido de que había aceras en la Estafeta, -os lo dice el que fuera el Julen Madina del evento-.     
 
            Paseamos por Carlos III cuando tenía árboles que daban sombra, pero había que hacerlo de la mano de nuestros padres  porque era una de las calles con más tráfico de la ciudad -junto con la que cruzaba las casas de Múgica, claro-.
 
         Fuimos de las generaciones que hacían bici – cross en los montículos que se formaron a raíz de las obras de la Longaniza -actual Calle Acella-. Y, cuando los convirtieron en el parque Yamaguchi, fuimos los primeros en utilizarlo para privar -porque por aquel entonces, hasta que no sacaron la más que acertada ley, en Pamplona nadie lo llamaba Botellón-. Y, tal vez no lo recordemos, pero en este solar hasta bien entrados los 80, existía la fábrica de Imenasa, la cual se ve que tenía un perro muy trabajador que dio lugar a la frase Meter más horas que el perro de Imenasa.
 
        Las palabras Osasuna – Real Madrid comenzaron a sonar en nuestros oídos a raíz de unos petardos lanzados a un tal Buyo, y de que los jugadores del Madriz se fueron al vestuario bajo las órdenes de un tal Míchel. A partir de este momento, estas palabras que tan raras nos sonaban serían parte de la letra de las canciones que cantaríamos en el autobús en las excursiones al monasterio de Leyre, al pantano de Yesa o al castillo de Javier:
 
-¡Buyo, capullo, queremos un hijo tuyo!
 
-Osasuna, no llores más por mí, que en el próximo partido ganaremos al Madrid. (Tonadilla de Oh, Susana…)
 
-Míchel, Míchel, Míchel maricóóóón…
 
-¡Chulo!¡Macarra!¡Fuera de Navarra! -No tiene nada que ver, pero me apetecía ponerla-.
 
            Todos estos hechos, tal vez influyeran en la decantación de la gran mayoría de nosotros -los pamplonicas de bien, al menos-, hacia el osasunismo y el anti-madridismo. Como consecuencia de todo esto, fuimos los últimos en ubicarnos en el Ángulo Infantiles de Graderío Sur para ver descender a Osasuna en 1994, a pesar de nuestros gritos de ánimo dirigidos por Chiquilín (D.E.P.) al compás de la txaranga de Marcilla.
 
            También es importante señalar que los niños de los 80, dábamos muestra de nuestro osasunismo bajando a jugar a fútbol a la calle con una equipación de Osasuna cutre, barata y de imitación, en cuya camiseta nuestras madres nos cosían un “7” a la espalda, convirtiéndonos así en el emblemático Jan Urban. ¿Habéis visto en los últimos diez años algún niño con una camiseta de fútbol que no sea la original?...si la camiseta es de Osasuna y no de otro equipo, nos podemos dar con un canto en los dientes.
 
            Fuimos los últimos en llegar a conocer las turbulentas noches de los Sábados de la parte vieja, con los nacionales en la misma Calle Jarauta. Claro está, que nada de esto nos quitaba las ganas de ir, pese a que en el Gau – Txori no nos dejaran entrar si no presentábamos un DNI que acreditara que teníamos 16 años…por suerte en el Viana, mientras pagaras, te ponían chupitos de Tequila aunque para tomártelos tuvieras que sacarte el chupete de la boca. La Sevillana de la Calle Mayor tampoco solía poner muchas pegas a que fueras con tacatá para venderte una botella de ¿licor? -la verdad es que por 500 pelas tampoco se podía pedir mucho-.
 
            Pocos años más tarde, nos convertimos en las últimas generaciones que conocieron y disfrutaron de la auténtica noche pamplonica llena de alternativas, ya saben, el Vaivén era Más y Más, Itaroa era el Límite -la Límite, para los lectores de la Ribera-, lo viejo cerraba a las 6h, San Juan tenía música, Marengo era para divorciadas -y demás maduritas con una vida sexual insatisfactoria-... ¿lo recuerdan? ¿Están a punto de llorar como lo estoy haciendo yo?
 
            Por no hablar de que tuvimos el privilegio de ser los últimos en disfrutar de las carpas pequeñas  de la UPNA cuando las montaban en el aparcamiento que hay frente al Sadar -los que no han llorado con el párrafo anterior supongo que lo harán ahora, y si no, es que no tienen corazón-.
 
            La última generación en batirse a vida o muerte con armas de rayos láser en un campo de batalla de luces de neón –alguno, años más tarde y fruto de la nostalgia de estas luces, acabaría por cogerle el gustillo a otro tipo de garitos con luces de neón-. En efecto, querido lector, estoy hablando del impresionante Q-Zar de Sancho el Fuerte y de su “Vuelva al re-energizador, vuelva al re-energizador, vuelva al r… FSSSUUIPP… ¡¡Re-energizado!!”.
 
            Y cómo no nombrarlo, somos la generación que aprendió a andar en bici al mismo tiempo que el Gran Miguel Induráin comenzó a ganar un Tour detrás de otro… ¿quién no se ha creído o sentido, de niño, el mismísimo Miguelón una tórrida mañana de Julio, esprintando para ganar una contrarreloj con sus amigos? ¿Quién iba a la piscina aquellas tardes antes de que terminara la etapa del Tour? Parecía que aquello duraría eternamente, hasta que, ironías del destino, perdió su inexpugnable maillot amarillo precisamente el año que le vimos en vivo terminar la etapa en la Avenida Pío XII. Para el recuerdo, siempre nos quedará el legado musical-popular que nos dejó, al igual que aquel Real Madrid:
 
-Induráin, Induráin, Induráááááááin…
 
-Miguel, Miguel, que tiene Miguel, que los americanos no pueden con él. 
 
            Y en la era de la descarga de películas gratis –mientras dure- por internet, hago otro llamamiento a echar mano del moquero al recordar los Cines Iturrama de la calle Íñigo Arista. Aquel era el eslabón entre los estrenos en los cines Golem de la Avenida Bayona –con sus espantosas colas que llegaban a ocupar todo el Pasaje de la Luna- y la cinta VHS. Un cine de los de antaño, con sus descansos a mitad de la película para que uno pudiera cambiar la cinta, y los demás ir a comprar más chuches con lo que te había sobrado tras pagar las 350pts. de la entrada. Imagine el querido lector lo legendario de estos cines, que nadie ha osado a profanarlos poniendo otro comercio en el local, conservándose a día de hoy el aspecto y la cartelera de su último fin de semana.  
 
            Y acostumbrados ya al Bonobus con chip y recargable del siglo XXI, echemos la vista atrás para no dejar pasar por alto aquel bonobus de cartón, alargado y con franjas verdes y blancas, las cuales eran cortadas por un “¡Clac!” en cada viaje.  
 
             Sin olvidar aquellos cumpleaños en el Tutti Pasta, con la inigualable e insustituible Doble Tutti -en nuestra memoria y en nuestros paladares sigues viva-,  aquellos partidos de los recreos en patios de brea -ahora en varios de los colegios han hecho pabellones-, aquellas hogueras de San Juan en el barrio del mismo nombre -ahora se bajan a San Jorge porque no hay descampados- o en el actual Yamaguchi y  las palmeras en el kiosko de la plaza San Francisco.
    

        Charly Azanza

     

Primer blog

04.10.2013 17:26

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