EL RÉGIMEN DE JUÁNCAR I YA TIENE SU JOSEANTONIO

05.04.2014 20:15

             

          Ríos de tinta y horas de tertulias y entrevistas como consecuencia del reciente fallecimiento de Adolfo Suárez. Y es que, siendo francos, dicha repercusión y seguimiento mediáticos no sólo son lógicos, sino también merecidos. En efecto, este hombre hizo cosas que merecen ser recordadas no sólo por su trascendencia sino por el coraje demostrado: presentar la Ley para la Reforma Política, legalizar el PCE menos de un año y medio después de la muerte de Franco, promulgar la Ley de Amnistía en 1977 y, por lo que siempre se le recordará, permanecer sentado en su escaño cuando Tejero comenzó a dar tiros al aire, aquel 23F en el que los tres hijos de S.M. el Rey no fueron llevados al colegio unas horas antes… casualidades de nuestra Historia, tan silenciada y adulterada.
 
            Pero todo régimen también se asegura su perpetuidad y legitimidad creando héroes y mitos. Y, así como el franquismo creó un mito de José Antonio Primo de Rivera, nuestro actual régimen ya tiene a su Ausente al que canonizar y del que tomar su nombre para rebautizar el aeropuerto de la capital –emulando a nuestros vecinos franceses y su aeropuerto Charles De Gaulle–. Y siendo así, el aparato mediático del régimen –y aquí no me refiero sólo a TVE– quita importancia a que Suárez se crió políticamente en el Movimiento Nacional hasta llegar a ser Ministro Secretario General de éste; que fue elegido para presidir el gobierno español por un Jefe de Estado nombrado por Franco; que el verdadero artífice del repentino cambio de franquistas a “demócratas de toda la vida” –incluido el del propio Suárez– que experimentaron los que sustentaban las bases de la dictadura fue Torcuato Fernández Miranda, desde la sombra, desprendiéndose nuestro Kennedy español de él cuando ya estaba ebrio de poder; que cuando oficiales del ejército le gritaban ¡Traidor! no mentían –aunque nos alegremos de aquella traición–, ya que antes de legalizar el PCE, prometió a la cúpula del ejército que nunca lo haría.
 
            De la misma forma, se nos presenta una relación Rey-Suárez casi romántica, recordando mucho a la imagen del tándem Castro-Guevara que los medios cubanos han transmitido a su pueblo desde la muerte del Che. Nos siguen negando que el rey retiró su apoyo a Suárez cuando las pintaban calvas, forzándole a dimitir, así como que nuestro campechano monarca fue cómplice del Golpe de Estado del 23F con el fin de derrocar el gobierno de la UCD. El discurso del rey el día de la muerte de su “amigo” es un insulto a la inteligencia de todos los españoles, y más si se tiene en cuenta el detalle de adornar la sala con la ya célebre foto del día en que el rey visitó a Suárez, en la que se ve al primero posando su mano de forma paternalista sobre el hombro del segundo.
 
            ¿Valiente? ¿Carismático? ¿Seductor?... sin lugar a dudas. ¿Honesto? ¿Demócrata? ¿Leal?... yo no diría tanto, por más que nuestro régimen y su aparato mediático se empeñen.

           

        Charly Azanza